La mejora del entorno económico en España y el regreso de los flujos que salieron durante la crisis del país han puesto las pilas a las entidades de banca privada que tratan ahora de captar todo ese ahorro en un contexto de escasas rentabilidades en los productos más conservadores. Y es ahí, en su capacidad […]
Dirigentes Digital
| 18 dic 2014
La mejora del entorno económico en España y el regreso de los flujos que salieron durante la crisis del país han puesto las pilas a las entidades de banca privada que tratan ahora de captar todo ese ahorro en un contexto de escasas rentabilidades en los productos más conservadores. Y es ahí, en su capacidad para aportar valor añadido, donde estas entidades se la juegan para incrementar su cuota de mercado en España.
La reestructuración del sistema financiero y la reducción del número de players en el mercado ha puesto en bandeja la captación de nuevos clientes para un sector que, tras unos años de estrechamiento de márgenes, vuelve a considerar prioritario ganar terreno en la tarta del mercado nacional.
En una entrevista concedida a la revista Dirigentes (que podrán leer al completo en el próximo número de junio), el director de Banca Privada de Renta 4 Banco, Gonzalo Nebreda, reconoce que "los grandes grupos tienen unas redes de distribución muy importantes y su capacidad de distribución es mayor", pero insiste en que "en el mercado español tenemos cabida todos, y Renta 4 será cada vez más importante con mayor cuota de mercado".
Apostar por la independencia a través de un modelo dearquitectura abierta ya permitieron a la entidad un crecimiento del 54% en volumen de patrimonio en 2013 y un 38% en número de clientes. Y para este año son aún más optimistas: "nuestro objetivo es adecuarnos al cliente y anticiparnos en base al asesoramiento, gestión y un modelo de negocio basado en la independencia, ofreciendo aquel producto o servicio que mejor va con su perfil sin la necesidad de colocar un producto propio del banco".
Los expertos del sector coinciden en que la nueva situación requiere también de un nuevo modelo de productos, más transparentes en precios y costes. Según un reciente informe elaborado por Accenture y AFI (Banca Privada: Forward), el sector, por definición, no puede ser una banca de producto. "El salto de calidad y la diferenciación deben llegar de la mano de un análisis de la situación personal de cada cliente y de una oferta de soluciones concretas: asesoramiento y búsqueda de eficiencia dentro de una cadena de valor integral", explican los expertos, que insisten en la idea de que el producto debe ser un resultado, no un objetivo.
En el informe, las entidades participantes se muestran unánimes ante lo que apunta a un modelo de negocio en el que "el asesoramiento, paraguas bajo el que se recoge la búsqueda de soluciones, sea prioritario". Esta línea de trabajo se complementaría con productos ajenos a los circuitos mainstream. Y con esas dos vías se considera que se podría dar un salto de calidad y de diferenciación entre las entidades.
En este camino por definirse como servicio y no como mera dispensadora de productos, uno de los factores determinantes que detectan en el informe es el papel del regulador. "Sus últimas decisiones, según la mayoría de entidades, van en la dirección contraria a lo expuesto: la solución a las nuevas normas es invertir en la industrialización, lo que implica estandarizar los procesos, convertirnos en producto. Se trata de un problema de aplicación y de metodología".
Al regulador se le achaca además juzgar, en ocasiones, hechos pasados con reglas futuras, lo que genera una enorme inseguridad jurídica. También, el creciente grado de interpretación que cabe en la aplicación de las normas. "Existe un desconocimiento por parte del supervisor", se afirma, "de las necesidades del cliente, de su realidad, y del servicio que se le puede prestar". Para paliarlo se apunta a la necesidad de mayor actividad sectorial hacia el resto de stakeholders sobre la situación y las posibilidades del sector.