En una reciente encuesta de Reuters, el 40% de los economistas espera que el Banco Central Europeo (BCE) aumente su volumen de compras mensuales en 2016 desde los 60.000 millones actuales. También valoran que su comunicación reciente ha sido poco clara. Pero sobre todo esto ya hemos hablado. Sin embargo, lo que aparentemente vuelve a ponerse […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
En una reciente encuesta de Reuters, el 40% de los economistas espera que el Banco Central Europeo (BCE) aumente su volumen de compras mensuales en 2016 desde los 60.000 millones actuales. También valoran que su comunicación reciente ha sido poco clara. Pero sobre todo esto ya hemos hablado.
Sin embargo, lo que aparentemente vuelve a ponerse encima de la mesa desde una parte importante del consejo del BCE es la necesidad de complementar las medidas monetarias expansivas con reformas estructurales que ayuden a convertir una recuperación cíclica (la actual) a otra estructural. A esto se refirió expresamente el presidente tanto en la conferencia posterior a la reunión mensual de la Entidad como en una entrevista publicada el viernes en el WSJ.
¿Qué tipo de reformas? Draghi puso como ejemplo a España y a Italia en el caso de la reforma del mercado de trabajo. Pero, hay mucho más: en el fondo, se trata de una combinación de reformas que abarquen la mayor flexibilidad económica, demográfia y el aumento de la inversión productiva. De hecho, un círculo virtuoso de esos tres factores actuando de detonante las reformas estructurales.
¿Estamos hablando de ajuste fiscal? Ya les he comentado en un correo anterior que los ajustes fiscales fueron fundamentales para atajar la Crisis de deuda soberana antes de que el BCE asumiera un mayor papel en la supervivencia del euro. Ahora escuchamos al Gobernador del Banco Central de Portugal aludir ayer mismo a la necesidad de seguir con los ajustes fiscales para reducir el déficit y reconducir la deuda sin mayor inquietud. Pero, un comentario de este tipo hace cuatro años hubiera sigo seguido con un fuerte especulación en el mercado llevando los costes de financiación del país a niveles imposibles. ¿Exceso de confianza en este momento? ¿puede negarse el BCE a combatir la incertidumbre fiscal? No mientras se cumplan los requisitos (como el rating de inversión).
Reforma del sistema financiero, pensiones, AAPP… ¿y las reformas para ganar competitividad? En este punto es donde se fijaba especialmente el presidente del BCE el jueves pasado. La periferia, en mayor o menor medida, ha puesto encima de la mesa medidas que han favorecido una mejora de la competitividad… si nos sirve para afirmarlo el saldo de la balanza corriente. Pero, ¿han sido suficientes para profundizar en el aumento del crecimiento potencial? Sobre este tema las conclusiones ya no son tan rotundas. Y tampoco me sirve considerar que la recuperación cíclica de muchas de estas economías (intensa, como también lo fueron sus caídas). Al final, las reformas estructurales no se sienten a corto plazo como los potenciales beneficios (elevados) a medio y largo plazo.
Pero, a corto plazo vemos que la recuperación cíclica puede ser importante. Y a corto plazo nos beneficiamos de la mejora de las condiciones financieras, gracias al BCE (sin que, en mi opinión, se pueda afirmar que su margen de maniobra ya es limitado). Además, la caída de los precios del crudo y commodities al mismo tiempo que la depreciación del euro ayudan sin duda a reformar esta mejora económica a corto plazo. Otra cosa es si se puede mantener este crecimiento a medio y largo plazo. Quizás en este punto es donde debemos contemplar los límites de la política monetaria. No tanto en magnitud como en eficacia.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.