Es evidente que pese al rebote desde mínimos del año, el sentimiento de los inversores sigue muy debilitado. Y nadie sabe exactamente cuál será el momento oportuno de apostar fuerte a la renta variable. La volatilidad de los últimos meses puede llevar a tomar decisiones erróneas, y entrar o salir del mercado en el momento […]
Dirigentes Digital
| 09 may 2016
Es evidente que pese al rebote desde mínimos del año, el sentimiento de los inversores sigue muy debilitado. Y nadie sabe exactamente cuál será el momento oportuno de apostar fuerte a la renta variable. La volatilidad de los últimos meses puede llevar a tomar decisiones erróneas, y entrar o salir del mercado en el momento menos oportuno. Este es solo uno de los errores que los inversores españoles acostumbran a cometer, en parte aquejados por el gran mal del cortoplacismo que rige sus estrategias de inversión.
Durante su intervención en la última Morningstar Investment Conference celebrada la pasada semana en Madrid, Stephen Wendel, responsable de Ciencias del Comportamiento de la firma, dejó claro que el ser humano está programado para la acción. "existen estudios estadísticos que reflejan que, cuando en el fútbol se tiran penalties, lo mejor que puede hacer el portero es quedarse quieto. Pero muy pocas veces lo hacen, por esa sensación de no estar haciendo nada, a pesar de ser, posiblemente, lo más razonable". Un ejemplo que el experto traslada también al mundo de la inversión. "Hay que pensar en cómo solucionar los problemas más que en cuales han sido los motivos que nos han llevado a ellos", insiste el experto.
A su juicio, otro de los grandes errores que pesan en el comportamiento de los inversores es la creencia de que "todos estamos por encima de la media". Es decir, los inversores suelen considerar que están por encima de sus capacidades reales. "Resulta imposible que la mayoría logre batir al mercado", explica el experto.
Para evitar que estos factores pesen sobre la rentabilidad final de las carteras, el experto aconseja no solo no dejarse llevar por la sobrecarga informativa a la que se exponen los inversores. Ni tampoco tomar medidas que impidan malas decisiones, como establecer contratos que limiten ciertas prácticas a la hora de operar en el mercado, que también. Para Wendel, uno de los puntos básicos es eliminar "el factor humano de la ecuación". No se trata de automatizar todo el proceso de inversión, pero sí parte con algunos ejemplos, como establecer por defecto una aportación mensual a algún producto de ahorro.
La salud también es importante para tomar las decisiones de inversión adecuadas. El experto pone como ejemplo recientes estudios que indican cómo existe una correlación directa entre los veredictos acertados de los jueces y el tiempo transcurrido desde su última comida. "En las primeras decisiones tomadas después de cada comida, el 70% de las decisiones eran las acertadas. Este número caía hasta el 0% a medida que avanzaba el tiempo desde esta última", indica.