Las autoridades de la ciudad germana han tomado la decisión porque no pueden consentir que los coches que utilicen Uber no tengan seguros para cubrir a los pasajeros en caso de accidente. Las sanciones pueden ascender hasta los 25.000 euros para los conductores que ofrezcan este servicio y hasta los 20.000 euros para los pasajeros reincidentes.
La compañía que ha desarrollado la aplicación ha anunciado a través de su
blog que recurrirá la decisión. Detrás de la decisión también está la proteger el sector del taxi, algo que no oculta el Ayuntamiento de Berlín.
A pesar del futuro incierto de la aplicación en el país con el veto en Hamburgo y Berlín se une la amenaza de Fráncfort y Múnich, la compañía ampliar servicios a Düsseldorf, Colonia y Stuttgart.