Mucho tendrá que decir sobre el futuro de la política monetaria estadounidense, el resultado de las elecciones, pero la mayor parte del mercado descuenta que, gane quien gane, Hillary Clinton o Donald Trump, la Reserva Federal (Fed) seguirá adelante con la normalización ‘muy gradual’ de su política monetaria. Una idea con la que parece coincidir […]
Dirigentes Digital
| 08 nov 2016
Mucho tendrá que decir sobre el futuro de la política monetaria estadounidense, el resultado de las elecciones, pero la mayor parte del mercado descuenta que, gane quien gane, Hillary Clinton o Donald Trump, la Reserva Federal (Fed) seguirá adelante con la normalización ‘muy gradual’ de su política monetaria. Una idea con la que parece coincidir el gigante BlackRock. De hecho, el consenso, que confía en una victoria de la candidata demócrata, otorga un 80% de probabilidades a un incremento del precio del dinero el próximo mes de diciembre. Un ‘contratiempo’ para la renta variable que arroja rentas periódicas que, no obstante, “no resta valor al argumento de inversión en todos los títulos de reparto, sino que fortalece nuestra preferencia por aquéllos que incrementan sus distribuciones”, apunta Turnill. Detalla el estratega de BlackRock que “actualmente, la renta variable representa alrededor del 75% de las rentas periódicas de una cartera típica con una asignación del 60%-40% a acciones y bonos, respectivamente”. Siendo la Bolsa la que se ha alzado como “principal fuente de este tipo de ingresos, puesto que el escaso crecimiento y el excedente de ahorros a escala mundial llevaron los rendimientos de los bonos hasta mínimos históricos”. Un marco en el que consideran que “la renta variable será la principal fuente de rentas en adelante, puesto que sólo prevemos un alza moderada de los tipos de interés en un contexto en que la demanda de rentas periódicas seguirá siendo elevada por parte de una población cada vez más envejecida”.