El gigante de las inversiones BlackRock ha cambiado sus preferencias respecto al último trimestre, donde la bolsa europea era una de sus apuestas y la norteamericana estaba infrapodenderada. Ahora ha cambiado los papeles y es la renta variable de Estados Unidos la que cuenta con un voto positivo, mientras que la europea se mantiene como […]
Dirigentes Digital
| 03 may 2018
El gigante de las inversiones BlackRock ha cambiado sus preferencias respecto al último trimestre, donde la bolsa europea era una de sus apuestas y la norteamericana estaba infrapodenderada. Ahora ha cambiado los papeles y es la renta variable de Estados Unidos la que cuenta con un voto positivo, mientras que la europea se mantiene como neutral. La gestora sigue viendo signos globales de crecimiento económico sólidos y sincronizados en EEUU, Europa y Japón, con una tendencia de subida de la inflación pero sin que modifique la hoja de ruta de los bancos centrales, aunque con episodios de volatilidad que repuntarán de manera esporádica. Un escenario propicio para la incertidumbre de los inversores, que se habían acostumbrado a las “sorpresas positivas” durante el año pasado, pero que “ya no va a ser tan fácil”, en 2018, asegura Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas retail e institucional de BlackRock para España y Portugal. “La principal diferencia es la volatilidad”, como se ha podido comprobar durante el primer trimestre de este año. “No creemos que vaya a producirse un cambio estructural, pero no descartamos más episodios de volatilidad por catalizadores que afectan a los mercados”, señaló Manuel Gutiérrez-Mellado durante un encuentro con periodistas. Las medidas de rebaja fiscal impulsadas por la Administración de Donald Trump y el crecimiento de beneficios de las empresas cotizadas norteamericanas son dos de las razones por las que sobreponderan la bolsa de EEUU. En BlackRock consideran que las medidas tributarias deberán ir acompañadas de otras adicionales para que no se produzca un sobrecalentamiento de la economía, pero el impacto que puede tener en las medianas y pequeñas compañías estadounidenses podría suponer hasta un 1% del PIB. Además, el crecimiento de la inflación hace pensar a la gestora que se producirán hasta tres subidas más de los tipos de interés a lo largo de este año, una previsión más agresiva que la del resto de firmas del mercado.