Más allá del apetito por el riesgo post-Brexit, los riesgos, repiten una y otra vez los analistas, siguen sesgados a la baja y la debilidad tanto en la economía, como en los activos financieros, está ahí. Muestra de ello, a pesar de las resistencia mostrada en esta ocasión por la renta variable, es el reciente […]
Dirigentes Digital
| 29 jul 2016
Más allá del apetito por el riesgo post-Brexit, los riesgos, repiten una y otra vez los analistas, siguen sesgados a la baja y la debilidad tanto en la economía, como en los activos financieros, está ahí.
Muestra de ello, a pesar de las resistencia mostrada en esta ocasión por la renta variable, es el reciente declive del petróleo, que sin hacer apenas ruido ha caído a mínimos de abril y desde sus máximos de junio pierde cerca de un 20%, a vueltas, una vez más, con el exceso de oferta, pero también con la debilidad de la demanda ante las dudas que despierta la economía global.
Y es que, a pesar de los tipos reducidos a la mínima expresión y las inyecciones masivas de liquidez de los bancos centrales desde que estallara la crisis, la inflación, ‘ni está, ni se la espera’, mientras que el crecimiento es, en el mejor de los casos, decepcionante.
Ahora bien, los estímulos de las autoridades monetarias sí que han conseguido que los ‘refugios seguros’ (bonos soberanos) vean valoraciones que dan vértigo, empujando a los participantes del mercado sí o sí a un riesgo, cuyos precios despierta no pocas suspicacias...
En este contexto, BlackRock vuelve a rebajar sus previsiones de retornos en dólares para la mayor parte de los activos en los próximos cinco años, tras la caída tanto de las rentabilidades como de las expectativas de crecimiento global.
"Hemos recortado nuestras expectativas a cinco años de manera constante desde el estallido de la crisis", explica su director mundial de estrategia de inversión, Richard Turnill. Los ‘culpables’ reitera: la debilidad de la actividad, la política monetaria acomodaticia y las valoraciones crecientes. "La mayor parte se encuentran ahora muy por debajo de sus promedios de largo plazo", apunta.
Así, ven a los tenedores de deuda de largo plazo estadounidense perdiendo más de un 1% anual en los próximos cinco ejercicios. "Nuestro análisis también muestra que menos del 10% del universo de renta fija global ofrecer rentabilidades anuales del 3% o más", detalla. Y reconoce que los retornos más altos "se concentran en los activos de mayor riesgos, como en deuda emergente en divisa local o en high yield".
Y, aunque sus estimaciones sobre el rendimiento de Wall Street no ha cambiado, recuerda que "es bajo desde una perspectiva histórica, debido a las elevadas valoraciones (cotiza a cerca de 19 veces ganancias)". Por tanto, señala, "las Bolsas fuera de Estados Unidos tienen un mayor potencial, pero también riesgo". Con todo, la firma reduce las previsiones de rentabilidad para Europa ante el impacto del Brexit en el crecimiento tanto de Reino Unido como de la Zona Euro.
"Para cosechar mayores retornos, los inversores deben estar dispuestos a aceptar más riesgo de mercado o de falta de liquidez", concluye. Cree que, por tanto, hay que "considerar" la deuda emergente y las estrategias de dividendos, así como las inversiones alternativas. "Los bonos soberanos pueden aún desempeñar un papel diversificador, pero aún coste mayor. El crédito con ‘grado de inversión’, por el contrario, ofrece un mejor ratio riesgo/beneficio para quien busque seguridad".
Al mismo tiempo, el Departamento de Análisis de Bankinter señala que "según nuestras valoraciones las Bolsas no están baratas… no mientras lo riesgos no bajen". En su opinión, "es probable que estemos llegando a una especie de punto de agotamiento. Lo comprobaremos en agosto".
Finalmente, recordemos que en la presentación de sus perspectivas trimestrales, JP Morgan Asset Management (AM) reconocía que el crecimiento es "decepcionante" (pues todos los años "nos hemos visto obligados a rebajar las previsiones"), pero también es "persistente", ya que más allá de las dudas sobre China, los emergentes, el hundimiento de las materias primas, el riesgo político, etc. el repunte del PIB se mantiene entre el 2% y el 3% de media.
La firma considera así que el inversor debe acostumbrarse a rentabilidades "más modestas" y sobre todo diversificar más allá del binomio tradicional renta fija soberana y Bolsa. "Nos gusta el crédito", ante el escaso valor de los bonos soberanos, donde no ven oportunidades, pero sí en en deuda corporativa, tanto con grado de inversión (en primer lugar) como en high yield, cuyas valoraciones son razonables, tires atractivas. Y siendo "muy selectivos" con el tema de la energía, destacando que Europa tiene mucha menos exposición a este sector.