La Bolsa nipona es uno de los mercados de renta variable que peor comportamiento ha registrado durante este año en moneda local. La intensificación de las presiones deflacionistas ha suscitado preocupaciones acerca de la eficacia de los estímulos por parte del Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) y ha afectado al índice […]
Dirigentes Digital
| 05 may 2016
La Bolsa nipona es uno de los mercados de renta variable que peor comportamiento ha registrado durante este año en moneda local.
La intensificación de las presiones deflacionistas ha suscitado preocupaciones acerca de la eficacia de los estímulos por parte del Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) y ha afectado al índice Topix, que ha caído más de un 13%.
Y es que, las perspectivas de inflación de las compañías japonesas muestran una tendencia a la baja últimamente, mientras que el yen muestra una tendencia al alza.
Las recientes medidas de la autoridad monetaria, entre las que se incluyen la ampliación del programa de relajación cuantitativa y el establecimiento de los tipos de interés en terreno negativo, no han logrado frenar la apreciación del yen y aumentar las expectativas de para los precios. Esto ha debilitado la confianza del mercado en el BoJ y ha afectado negativamente a la renta variable japonesa.
¿Qué haría falta para que tuviéramos una visión más optimista? Además de nuevos apoyos por parte del banco central, en el corto plazo estamos a la espera de un estímulo fiscal creíble destinado a allanar el camino a las reformas estructurales. A largo, queremos ver cambios tangibles en el mercado laboral y una reducción de la burocracia para las empresas locales.
Richard Turnill es director mundial de estrategia de inversión en BlackRock.