Tras una cumbre celebrada en Fortaleza (noreste de Brasil), Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica llegaron a un acuerdo histórico que podría abrir la puerta a una nueva forma de desarrollo alternativa y opuesta al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM).
El gabinete de la presidenta Dilma Rousseff, en constante choque con la Argentina de Cristina Fernández en cuestiones del Mercosur que han impedido avanzar en el ámbito regional, abrió la mano y cedió la primera presidencia del órgano bancario, que será rotatoria.
Así, tras los cinco cursos de India, Brasil pasará a la presidencia, seguido de Rusia, Sudáfrica y China en último lugar.
El banco de desarrollo tendrá 50 billones de reales (unos 16.000 millones de euros) como fondo y su sede será establecida en Shangai (China).
La propuesta de los BRICS, que aún tiene que ser aprobada por los congresos de cada uno de los países miembro (Brasil trabaja con la expectativa deque comience a operar en 2016), es que el banco financie proyectos en países en desarrollo fuera y dentro del bloque, siempre con el foco en la sostenibilidad.
Los cinco países tendrán la misma participación en el órgano, donde cada uno contribuirá con unos 1.477 millones de euros, que quedarán disponibles para las operaciones del banco.
Según informó el Ministerio de Hacienda brasileño, la primera oficina regional será abierta en Sudáfrica mientras que Brasil recibirá la segunda aunque aún se desconocen los plazos para ambas. En compensación, Brasil tendrá la presidencia del Consejo de Administración, cargo que también será rotatorio. Dicho órgano cuidará de cuestiones como planes de inversión y expansión, entre otros asuntos.
"El banco representa una alternativa para las necesidades de financiación de infraestructuras en los países en desarrollo", destacó la mandataria brasileña tras firmar el acuerdo de creación.
Rousseff dijo que dicha institución de los países en desarrollo BRICS "comprenderá y compensará la insuficiencia de crédito de las principales instituciones financieras internacionales", en clara alusión al FMI y al Banco Mundial. Al respecto del FMI, los BRICS pidieron una vez más que las cotas de participación sean revisadas, su primera acción en bloque en un momento en el que sus miembros afrontan una severa desaceleración en el crecimiento de las economías, que comienza a alejar a los inversores.
Para el dirigente ruso Vladimir Putin que se entrevistó con Dilma Rousseff en Brasilia ya fuera de la Cumbre, "las instituciones creadas por los BRICS serán uma herramienta muy poderosa para prevenir nuevas dificultades económicas".
La creación del banco llega tras un período de inmovilismo e incertidumbre, donde los BRICS perdieron parte de su esperanza de dejar atrás la palabra desarrollo y encumbrarse como potencias a la altura de las tradicionales Europa y Estados Unidos.