El ‘Caso Snowden‘ causó todo un revuelo en las relaciones de Estados Unidos con el resto de países, sobretodo a la que mantiene con uno de las potencias latinoamericanas, Brasil. En septiembre de 2013, la presidenta del país, Dilma Rousseff, cancelaba su visita en protesta por las revelaciones de que EEUU había espiado a su […]
Dirigentes Digital
| 29 jun 2015
El ‘Caso Snowden‘ causó todo un revuelo en las relaciones de Estados Unidos con el resto de países, sobretodo a la que mantiene con uno de las potencias latinoamericanas, Brasil. En septiembre de 2013, la presidenta del país, Dilma Rousseff, cancelaba su visita en protesta por las revelaciones de que EEUU había espiado a su país.
Este martes, dos años después, Rousseff, visita finalmente Washington para intentar limar asperezas y relanzar acuerdos comerciales con Estados Unidos en un momento en que su popularidad ha caído en picado afectada por los problemas económicos que vive el país y la crisis política que ha generado el escándalo de corrupción en Petrobras.
Aunque decidieron posponer la visita entre ambos, lo cierto es que la relación se vio ensombrecida entre los dos países. Y es que, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) "espió el contenido de las llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de texto de Rousseff y de varios de sus "asesores clave".
El entonces ministro de Justicia brasileño, Eduardo Cardozo, calificó el suceso de "gravísimo" asegurando que, de ser cierto, constituiría una "clara violación de la soberanía" de Brasil.
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, defendió en general el derecho de los espías estadounidenses a recoger información: país recolecta inteligencia como hacen la mayoría de los países… Es justo decir que tenemos capacidad significativa, pero también es verdad que lo que hacemos no es distinto de lo que hacen otros países".