Para empezar el año, el nuevo Gobierno tendrá que enviar un nuevo presupuesto de 2016. Más detallado que el que entregó en su momento el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En Bruselas se espera "lo antes posible". Es uno de los requisitos en los que la Comisión Europea ha sido más clara y donde no habrá […]
Dirigentes Digital
| 14 ene 2016
Para empezar el año, el nuevo Gobierno tendrá que enviar un nuevo presupuesto de 2016. Más detallado que el que entregó en su momento el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En Bruselas se espera "lo antes posible". Es uno de los requisitos en los que la Comisión Europea ha sido más clara y donde no habrá flexibilidad. Cabe recordar que Bruselas considera que el déficit global de España descienda al 4,5 % del PIB en 2015 y al 3,5 % en 2016, frente al 4,2% y al 2,8% que exige la Comisión, lo que supone que se incumplirán los objetivos de déficit.
La flexibilidad que piden a Bruselas algunos partidos no será tenida en cuenta, según reconocen fuentes europeas. El último informe de vigilancia publicado por la Comisión puso de manifiesto, en términos macroeconómicos, la fortaleza de la recuperación económica en España por un lado y, por otro, la persistencia de algunos desequilibrios como el elevado nivel de déficit y de deuda pública.
En cuanto al sector financiero, desde la CE y el Banco Central Europeo se destaca la buena marcha de la reestructuración bancaria, sobre todo de las entidades que han recibido ayudas públicas. Pero no todo el mensaje es complaciente. El Ejecutivo comunitario pone de relieve que en los últimos meses no se ha avanzado en la privatización de Bankia y BMN. "Uno de los principales desafíos está relacionado con la venta de la participación del Gobierno en los dos restantes bancos propiedad del FROB, Bankia y BMN", señala el informe.
En estos momentos, en plena negociación para alcanzar pactos en España, desde la Comisión Europea se pide un Gobierno "estable". La definición de estable la dejan para el Gobierno español, pero detrás de ese mensaje Bruselas lo que quiere es una política que no se salte las directrices europeas, como intentó sin éxito Grecia o cómo ahora pretende Portugal.
La nueva coalición de izquierdas en Portugal ha firmado una hoja de ruta contraria a la austeridad, a pesar de que el país sigue teniendo que implementar reformas. El objetivo del nuevo equipo de Gobierno es revertir algunos de los recortes que el anterior Ejecutivo implementó, siguiendo las líneas maestras de las recetas económicas europeas.
Cualquier forma de volver atrás en el camino de la austeridad no sienta bien en el seno de Bruselas. Grecia fue la primera en intentar frenar los deseos de la Comisión, pero su dependencia del programa de rescate no hizo posible que el nuevo Gobierno de Syriza consiguiera su objetivo. El equipo de Alexis Tsipras tuvo que quitar del camino al controvertido ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, volver a convocar elecciones para refrendar la voluntad del pueblo en continuar con el acuerdo europeo y aceptar peores condiciones de las primeras que le ofreció Bruselas.