Las calles de la capital Argentina albergan una nueva experiencia turística a través de la exposición al aire libre del patrimonio cultural del humor gráfico del país, cuyo fin es el de acercar a sus visitantes a la historia de los mejores dibujantes de la región.
Dicha exhibición está localizada en el denominado "Paseo de la Historieta", un singular recorrido que comienza en la esquina de las calles Defensa y Chile y atraviesa el histórico barrio de San Telmo, Puerto Madero y Costanera Sur hasta llegar al "Museo del Humor", situado en la Avenida de los Italianos.
El circuito callejero rinde un homenaje a los maestros dibujantes de Argentina a través de las esculturas de algunas de sus obras más famosas, como la mítica Mafalda, personaje creado por el humorista gráfico argentino Quino, que abre el recorrido.
A la imagen de Mafalda le siguen las esculturas de los personajes más queridos de las tiras argentinas como Isidoro Cañones, el prototipo del playboy porteño creado por Dante Quinterno; Larguirucho, el despistado personaje de Manuel García Ferré; Matías, el niño preguntón de Sendra; Las Chicas de Divito; Don Fulgencio, el hombre que no tuvo infancia, ideado por Lino Palacio; el Clemente de Caloi; el cacique tehuelche de Quinterno, Patoruzú; y Gaturro, la mascota de Nik.
Una vez adentrados en Puerto Madero, en el "Paseo de la Historieta" aparecen Don Nicola, de Héctor Torino; Negrazón y Chaveta, de Cognigni; Diógenes y el Linyera, de Tabaré; Langostino y Corina, de Eduardo Ferro; y el genial Inodoro Pereyra y su inseparable perro Mendieta, la creación más popular de Roberto Fontanarrosa.
La experiencia turística se completa al llegar al "Museo del Humor", ubicado en el emblemático edificio de la ex cervecería Munich, lugar de encuentro de los protagonistas de la vida social, política y cultural de Buenos Aires de las primeras décadas del siglo XX.
El museo acoge un centenar de obras de los grandes profesionales del dibujo, la ilustración y la caricatura, que abarcan dos siglos de humor gráfico argentino. Desde piezas propias del humor costumbrista de los Peinetones de Bacle y los dibujos satíricos de El Mosquito y Don Quijote, hasta obras de los grandes ilustradores de comienzos del siglo XX como Cao, Sirio o Zavattaro.