El experto explica que "si entendemos burbuja como la repreciación de un activo más allá de lo que pueda quedar explicado por sus fundamentales, la respuesta se puede (y debe) argumentar desde dos puntos de vista: a largo plazo y a corto plazo". A su juicio, a largo plazo la respuesta a la posibilidad de […]
Dirigentes Digital
| 20 mar 2015
El experto explica que "si entendemos burbuja como la repreciación de un activo más allá de lo que pueda quedar explicado por sus fundamentales, la respuesta se puede (y debe) argumentar desde dos puntos de vista: a largo plazo y a corto plazo".
A su juicio, a largo plazo la respuesta a la posibilidad de una burbuja es claramente afirmativa. "Sólo estarían justificados los actuales tipos de interés si nos enfrentáramos a un escenario de deflación prolongada a la Japonesa (aunque estos ya no están en deflación), algo que sinceramente no vemos", explica. El gestor considera que "si atendemos a los datos europeos de PMI, al saldo comercial (Europa tiene el mayor superávit comercial de su historia), a las cifras de consumo e incluso a los datos de crédito, podemos inferir que la inflación vendrá más tarde o más pronto con el crecimiento en Europa". Dicho de otra manera, "comprar a vencimiento un bono alemán a diez años al 0,20% es una camino claro para perder dinero".
Sin embargo, Ardura asegura que a corto plazo sí hay datos y razones que justifican mantener duraciones largas de manera táctica, recordando las compras del BCE de unos 3.300 millones de euros diarios en bonos soberanos. "Visto en el conjunto anual esto supone que el BCE compra bonos a mayor ritmo que las emisiones netas (emisiones nuevas-vencimientos) en la Eurozona, lo que lleva irremediablemente a una rebaja continuada en los tipos de interés".
Con estos cuadros, el expertos enseña cómo el ritmo de compras del BCE y el Banco de Japón sitúan las emisiones netas (después de las compras del BCE en terreno negativo). "Lo de Japón es importante porque nos lleva a ver el efecto del QE, incluso cuando el país ya ha recuperado tasas de inflación positivas", explica. Esta es la rentabilidad del Bono a diez años Japonés:
¿Cuándo podemos asistir a una vuelta en el mercado de renta fija?
Desde Gesconsult explican que el mayor riesgo lo observan en Estados Unidos, donde el consenso apunta a una subida de tipos en septiembre, aunque reconocen que es posible que la Fed vaya haciendo su mensaje cada vez más agresivo a medida que se acerque la reunión de junio, donde parece posible que asistamos al inicio del ciclo de subidas de tipos. "Todo lo que fuera adelantarse al consenso va a generar mucha volatilidad en el mundo de la renta fija", advierte Ardura.
En Europa, sin embargo, esperan que los inversores estén más más protegidos por el QE, "siempre y cuando no veamos signos fuertes de recuperación en la Eurozona a finales de 2015". Explican que, aunque pueda parecer una contradicción, el verdadero riesgo es que veamos datos de crecimiento fuerte y, sobre todo, de inflación en Europa antes de lo esperado. "Hay que tener en cuenta el efecto tan importante que tiene la devaluación de la divisa en una zona como Europa donde las exportaciones suponen el 30% de su PIB (En Estados Unidos es el 13%), esto unido a una recuperación de las cifras de crédito (alentadas por unos bancos capitalizados y con necesidad de incrementar los volúmenes) podrían llevar a una recuperación más fuerte de lo previsto. En cualquier caso, es difícil que esto lo veamos antes del verano", aseguran.
¿Cuál es la estrategia?
Bajo este escenario, Ardura asegura que la idea central sigue siendo estar posicionados con duraciones medias (4-5 años) para aprovechar esa caída de tipos de interés que esperan por el QE. "Somos plenamente conscientes del carácter transitorio de esta situación, por lo que la duración la estamos cogiendo en Deuda Pública (Portugal y España), de manera que no tengamos problemas de liquidez cuando queramos reducir la sensibilidad de las carteras". Según explica, esta rebaja de duraciones "la iremos realizando de manera gradual en la medida que vayan cayendo los tipos de interés".
De cara a un horizonte temporal más amplio, seguirán comprando bonos ligados a la inflación, flotantes (tanto en USD como en Euro) y mantendrán el peso de las posiciones en dólar.
En Renta Variable (22,5% de la cartera en la actualidad), el gestor asegura que seguirá ganando peso, "en la medida que el gran beneficiado de la actual coyuntura (mejora de los datos macro, divisa devaluada y tipos de interés cero) deberían ser los beneficios empresariales".