Donald Trump, el controvertido y archiconocido ‘nuevo’ presidente de Estados Unidos, ha supuesto un importante revulsivo para los mercados en toda su amplitud. Buena cuenta de ello da la escalada de las Bolsas, en particular, y de los activos de riesgo en general, así como las nuevas previsiones de crecimiento e inflación, y la renovada […]
Dirigentes Digital
| 05 abr 2017
Donald Trump, el controvertido y archiconocido ‘nuevo’ presidente de Estados Unidos, ha supuesto un importante revulsivo para los mercados en toda su amplitud. Buena cuenta de ello da la escalada de las Bolsas, en particular, y de los activos de riesgo en general, así como las nuevas previsiones de crecimiento e inflación, y la renovada confianza en la economía a pesar de que la Reserva Federal (Fed) parece en clara retirada y que, más pronto que tarde, se sumarán el resto de bancos centrales, garantes últimos de la recuperación de la dolorosa Gran Recesión.La ‘mano’ del republicano se siente también en la evolución de las carteras españolas. “Hemos visto una transición de un enfoque de ‘esperar y ver’ a otro más alcista respecto al equity. Un ejemplo de ello es la combinación de mayores posiciones en Bolsa con la caída de las de renta fija, así como las salidas de fondos de portfolios conservadores y moderados a otros más agresivos”, destaca Juan José González de Paz consultor senior del departamento internacional de Análisis y Consultoría de Natixis Global AM (PRCG). Por otra parte, según el último barómetro de la firma sobre las carteras españolas, la exposición a renta variable se ha incrementado a través de mercados desarrollados, especialmente Zona Euro y Estados Unidos, y también de los valores financieros globales. Un movimiento, explica este experto, que se asienta sobre unas mejores perspectivas de beneficios corporativos derivadas de las promesas fiscales y de inversión de Trump. Conscientes asimismo del ciclo alcista de tipos iniciado por la Fed y de la posible retirada progresiva del resto de autoridades monetarias diversifican (al tiempo que reducen) sus posiciones en deuda. Crecen la apuestas en torno a bonos ligados a la inflación o high yield (incluso entre las carteras conservadoras). Con todo, reconoce, los inversores esperan mayor volatilidad, “debido a la gran disparidad que existe entre el actual nivel de incertidumbre política global y la volatilidad de la renta variable”. Así, el paso a un enfoque más cíclico en las carteras españolas es “lento”, a la espera asimismo de “datos más fidedignos, como las cifras del PIB, que confirmen la tendencia”. En este contexto, por otro lado, muchos gestores creen que “este nuevo marco de baja correlación favorece a los gestores activos”. Al mismo tiempo, las inversiones alternativas más presentes en las carteras españolas fueron las de rentabilidad absoluta mediante estrategias de deuda: long/short y market neutral. Mientras que el multiactivo se mantuvo invariable sin apenas presencia.