Es un hecho. Metidos de lleno en el segundo semestre del año, gestores y analistas siguen apostando por la renta variable como activo indispensable en las carteras, a pesar de que el rechazo a la renta fija de algunos expertos haya dejado a muchos sin su correspondiente "dinero extra" en los primeros meses del año. […]
Dirigentes Digital
| 26 ago 2014
Es un hecho. Metidos de lleno en el segundo semestre del año, gestores y analistas siguen apostando por la renta variable como activo indispensable en las carteras, a pesar de que el rechazo a la renta fija de algunos expertos haya dejado a muchos sin su correspondiente "dinero extra" en los primeros meses del año. "Casi nadie esperaba que los bonos superasen las acciones en 2014", reconoce Thomas Fahey, estratega Global Macro senior de Loomis Sales & Company.
La gestora afiliada de Natixis Global Asset Management (NGAM), explica que una de sus mayores sorpresas en los primeros meses del año fue el descenso de los tipos de los bonos de referencia del Tesoro estadounidense y de Alemania, que encabezaron las excelentes rentabilidades que se registraron en prácticamente todos los segmentos del mercado de renta fija. "Incluso los bonos del Tesoro de EE UU a 30 años batieron a las acciones, con una rentabilidad del 12% frente al 6% de subida del S&P 500 (hasta 20/06/14)", recuerda Fahey.
Aún así, el experto desconfía sobre que la posibilidad de que la marcha de estas dos clases de activos ?tradicionalmente más descorrelacionados- continúe en los próximos meses. "Desafortunadamente, desear que las rentabilidades sean igual de buenas en el segundo semestre no va a hacer que ocurra", explican desde la firma, en la que consideran que los precios de la renta fija mundial están expuestos a las subidas de los tipos de interés, "lo que traerá consigo menores rentabilidades totales en la segunda mitad de 2014".
Fahey no espera que la Fed comience a subir los tipos de los fondos federales hasta bien entrado 2015, pero otros segmentos de la curva de rendimientos deberían subir mucho antes en previsión de las alzas de los tipos a corto plazo. "Creemos que la economía estadounidense es especialmente sensible a las subidas de tipos y, a consecuencia de ello, la Fed los subirá a un ritmo inusualmente lento, quizá 25 puntos básicos en cada reunión de su comité de política monetaria (FOMC), y no acelerará hasta que exista la certeza de que la economía puede soportar el endurecimiento monetario", explica.
El experto también considera que la tasa de crecimiento sostenible de la economía estadounidense ha descendido. Esto le lleva a la conclusión de que la Fed probablemente subirá tipos gradualmente en este ciclo y detendrá las subidas cuando el interés de los fondos federales ronde el 3%. Como resultado de ello, espera que los tipos de los bonos a 10 años se muevan entre el 3,0% y el 3,25% en los próximos seis o nueve meses.
En Europa, Fahey considera que los tipos seguirán moviéndose en niveles bajos, dado que el Banco Central Europeo se ha comprometido esencialmente a no tocarlos durante cuatro años, y por la posibilidad de que se active un programa de relajación cuantitativa que tiraría a la baja de los rendimientos.
OPORTUNIDADES ACTUALES
Varios segmentos de los mercados emergentes están cotizando con una saludable prima de riesgo que Fahey cree que los inversores pueden aprovechar durante los próximos 12-18 meses. Le gustan especialmente los bonos corporativos emergentes denominados en dólares. "Los mercados de bonos en divisa local de muchos países emergentes también tienen elevados tipos nominales, pero hay que vigiar el riesgo cambiario". También está encontrando precios atractivos entre los bancos europeos inmersos en un proceso de saneamiento y desendeudamiento que les coloca en una buena posición dentro del ciclo crediticio.
TENDENCIAS EN MARCHA
Las tendencias a largo plazo que suscitan optimismo en Fahey son la revolución del gas de esquisto y la posibilidad de que EE.UU. sea una economía energéticamente independiente; el futuro de la unión monetaria europea; las perspectivas del denominado dividendo de paz en todo el mundo y sus repercusiones en el comercio internacional; el auge de los mercados emergentes y los nuevos países frontera; el aumento de la riqueza en todo el mundo y las tendencias demográficas; y la crisis en la ciencia económica y su resolución.