Después de cuatro años, el juez José Castro de la Audiencia Nacional de Palma ha decretado la apertura del juicio oral del Caso Nóos en el están imputados 20 personas con nombres tan ilustres como Iñaki Urdangarín, Jaume Matas y, por supuesto, la infanta Cristina. A pesar de los esfuerzos del fiscal anticorrupción Pedro Horrach, de la Abogacía del Estado y de los letrados de Cristina de Borbón para que la hermana del Rey no se sentara en el banquillo, el magistrado han mantenido su decisión de imputar a la infanta por dos delitos fiscales por colaborar con el principal acusado, su marido, Iñaki Urdangarín.
Desde que la Audiencia Nacional refrendara la imputación de la Cristina de Borbón ante la oposición de la Fiscalía, se ha especulado con que se podría aplicar la doctrina Botín, por la cual del Tribunal Supremo que si la fiscalía y la abogacía no establecen una acusación formal contra el acusado no se puede juzgarle, con lo que la infanta hubiera esquivado el banquillo. Sin embargo, el juez, en su escrito, ha argumentado que es una colaboradora necesaria de los delitos presuntamente cometidos por su marido, con lo cual no se la puede aplicar.