La competencia fiscal de las autonomías influye de manera clara tanto en la actividad cotidiana de las personas como de las empresas. Es llamativo comprobar las grandes diferencias que existen entre las regiones españolas, dado que existen un total de 82 impuestos propios gestionados directamente por las autonomías. Cataluña se sitúa como la región que […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2018
La competencia fiscal de las autonomías influye de manera clara tanto en la actividad cotidiana de las personas como de las empresas. Es llamativo comprobar las grandes diferencias que existen entre las regiones españolas, dado que existen un total de 82 impuestos propios gestionados directamente por las autonomías. Cataluña se sitúa como la región que tiene más impuestos propios, hasta alcanzar los 18 en total. Sin embargo, las cifras del “Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2018” que realiza el Registro de Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas demuestran que, a pesar del aumento de 122,5 millones de recaudación que han experimentado los impuestos propios en 2016, tan solo suponen el 2,2% de la recaudación total de las autonomías. Valentín Pich, presidente del Consejo General de Economistas (CGE), define los impuestos propios como “una jungla inexpugnable”, además de que, según los datos,”recaudan importes relativamente poco significativos”. Una de las principales conclusiones del informe es que hay un debate “excesivo” acerca de la corresponsabilidad fiscal. En ese sentido, Pich afirma que la mitad de los impuestos que gestionan las autonomías no proceden de sus propias tasas, sino que corresponden al IVA y a los impuestos especiales. Acerca de esto, Pich aclara que las autonomías “no tienen capacidad normativa”. De esta manera, el presidente del Consejo cree que la mayor parte tiene que ver con otras tributaciones, como por ejemplo la parte que grava la fiscalidad medioambiental: “la parte del león en fiscalidad medioambiental corresponde a los impuestos especiales sobre hidrocarburos y energía; juntando estas partidas, la tributación medioambiental en España alcanza el 5,4% de los ingresos tributarios, cifra que, estando por debajo de la media de la UE (6,1%), supera a países como Francia o Alemania”. Otra de las conclusiones del estudio es que no está claro que las modificaciones de impuestos como el de Sucesiones sean de las propias autonomías o provienen del estado por su formulación normativa. No obstante, la tendencia que se extiende es la reducción de las tasas por sucesiones y donaciones, que en casos como en Extremadura, Murcia o Andalucía disminuyen a un valor simbólico.