Quien abrió el tema fue la presidenta Michelle Bachelet al anunciar los trabajos para redactar una nueva carta magna. "La actual Constitución tuvo su origen en una dictadura, no responde a las necesidades de nuestra época ni favorece a la democracia. Fue impuesta por unos pocos sobre la mayoría. Por eso nació sin legitimidad", dijo […]
Dirigentes Digital
| 28 oct 2015
Quien abrió el tema fue la presidenta Michelle Bachelet al anunciar los trabajos para redactar una nueva carta magna. "La actual Constitución tuvo su origen en una dictadura, no responde a las necesidades de nuestra época ni favorece a la democracia. Fue impuesta por unos pocos sobre la mayoría. Por eso nació sin legitimidad", dijo la mandataria el 13 de octubre en un discurso al país.
Elegida para un segundo turno en la presidencia en representación del Partido Socialista, Bachelet se propone entregar un nuevo texto al Congreso en el segundo semestre de 2017. "Estamos dando inicio al proceso que nos permitirá tener una nueva Constitución para Chile", dijo Bachelet.
Asambleísmo
El proceso consiste en una amplia consulta popular a través de cabildos que se extenderán hasta marzo de 2016 y que serán acompañados por un Consejo Ciudadano de Observadores "para garantizar la transparencia y equidad". "Debemos estar seguros que este proceso participativo sea libre, transparente, sin distorsiones ni presiones de ningún tipo", dijo la presidenta.
Finalizada esa etapa, se recopilarán esos diálogos como Bases Ciudadanas para la Nueva Constitución, las que le serán entregadas a Bachelet en octubre de 2016 para redactar el texto que será enviado al Congreso un año después. El recinto parlamentario deberá decidir cómo tratar el contenido de la propuesta y la forma de aprobación.
Las posibilidades por ahora contempladas son cuatro: a) formar una comisión bicameral de senadores y diputados; b) formar una convención constituyente mixta de parlamentarios y ciudadanos; c) convocar a una Asamblea Constituyente y d) que el Congreso convoque a un plebiscito para que la ciudadanía decida.
Alternativa y paralela
Tras el anuncio de Bachelet, entró en escena el expresidente Sebastián Piñera para criticar el proyecto presentado por Bachelet y pronunciarse por "una reforma que permita perfeccionar y no desmantelar la Constitución de hoy".
Al mando de Chile de 2010 a 2014 por el partido Renovación Nacional (centro derecha), Piñera dijo que la propuesta actual "abre un largo e incierto proceso de discusión sobre la Constitución que se va a extender por muchos años".
Por ello, dijo, propondrá "un proyecto de reforma constitucional con contenidos claros y concretos que permita en forma participativa aprobar una nueva Constitución" a través de un plebiscito.
El antecesor en el cargo hizo esas declaraciones al cabo de una reunión de la que participaron también los expresidentes Eduardo Frei (1994-2000, Democracia Cristiana) y Ricardo Lagos (2000-2006).
Una reforma necesaria
Frei dijo que "es interesante la fórmula de escuchar e incluir la participación ciudadana". No obstante, se manifestó en contra de una Asamblea Constituyente porque "es un ejemplo internacional que ha sido negativo, se transforma en supra-poder del Estado por sobre todos los otros poderes".
A su turno, Ricardo Lagos (exsocialista, fundador del Partido por la Democracia, también de izquierdas), dijo que "demandaría de la nueva Constitución que no haya sesgo ideológico". "No significa partir de cero, sino de una situación de igualdad de condiciones, si no hay acuerdo en lo que queremos cambiar, rige lo de hoy", sentenció.
La reforma del texto soberano fue uno de los ejes de la campaña de Bachelet para su reelección. Considerado entre los países más confiables y transparentes de la región, Chile no apoya mayoritariamente a la presidenta. Su popularidad viene en baja (cayó a 29% en abril), principalmente tras el escándalo de corrupción en el que se vio envuelto su hijo, Sebastián Dávalos.