Hong Kong, el paraíso fiscal más a mano del gigante asiático, con casi cuarenta mil millones de dólares cada año ¿Y qué país europeo recibe el mayor volumen de inversión china en Europa? Luxemburgo, por delante del Reino Unido, pese a que uno de los centros financieros internacionales más importantes lo encontramos en Londres. Islas […]
Dirigentes Digital
| 04 abr 2016
Hong Kong, el paraíso fiscal más a mano del gigante asiático, con casi cuarenta mil millones de dólares cada año ¿Y qué país europeo recibe el mayor volumen de inversión china en Europa? Luxemburgo, por delante del Reino Unido, pese a que uno de los centros financieros internacionales más importantes lo encontramos en Londres. Islas Vírgenes, Caimán y Suiza se sitúan, según las estadísticas oficiales chinas, entre los principales destinos de inversión del gigante asiático.
También son multitud los pequeños y medianos empresarios que hacen uso de estos paraísos fiscales para poder hacer sus negocios. "No por evadir impuestos", me comenta un buen amigo chino que hace import-export, "es mucho más cómodo para poder disponer de divisa extranjera". Es preciso recordar que, en China, el control de los capitales impide cambiar cualquier cifra superior a cincuenta mil dólares anuales sin antes haber obtenido un permiso especial.
Las grandes empresas tampoco se cortan a la hora de hacer público su registro en los paraísos fiscales. Fosun International, que compró un veinte por ciento de Osborne recientemente, tiene su domicilio fiscal en Islas Vírgenes y Hong Kong, aunque opera desde Shanghai. "Todas las multinacionales privadas que pueden tienen uno o varios domicilios fiscales fuera de China", me ratifica este mismo empresario, "no está mal visto". Volviendo al caso de Fosun, podría aparecer en estos papeles u otros parecidos, pero durante 2015 pagó impuestos sobre beneficios del 25%. Por tanto, no todas las empresas registradas en Hong Kong o Islas Vírgenes están evadiendo impuestos, claro.
Ahora bien, estas filtraciones sí sirven para constatar las diferencias de renta entre unas personas y otras. Y, lo que es todavía peor, reflejan claramente algunos tratos de favor. Cuando un funcionario incrementa su patrimonio exponencialmente, léanse altos cargos como el presidente chino o su primer ministro, es que está incurriendo en abuso de poder. Bloomberg ya destapó hace tiempo las cuentas mil millonarias del ex-primer ministro chino, Wen Jiabao, una información que le costó ser censurado en China. Hoy conocemos que el cuñado del actual presidente chino, Xi Jinping, tiene un patrimonio valorado en cientos de millones.
Deng Jiagui, como se llama este familiar, posee dicha riqueza en forma de acciones y activos inmobiliarios. Deng tiene dos empresas registradas en Islas Vírgenes, cierto, pero mucho antes de conocerse este dato la gente ya censuraba que el cuñado del presidente manejase un patrimonio tan generoso. Los papeles de Panamá, al final, no demuestran culpabilidad ni inocencia. Pero en muchos casos, como los familiares de algunos políticos, sí merecen una investigación para conocer el origen del dinero. Para destapar, en definitiva, los presuntos tratos de favor que discriminan injustamente a unos ciudadanos sobre otros.
Sobre los papeles de Panamá, destaca otro nombre: Li Xiaolin, la hija del ex-primer ministro chino entre 1987 y 1998, Li Peng. Xiaolin fue vicepresidenta, además, de una empresa estatal llamada China Power Investment y tenía su sociedad personal en Liechtenstein. En este punto, no obstante, conviene puntualizar ¿Es China Power Investment una empresa que lava dinero y evade impuestos? Ninguna compañía estatal china necesita hacerlo. Son cosas distintas. Las empresas chinas, hasta hace bien poco, han sido siempre estatales. Ahora están emergiendo otras dentro del sector privado, si bien mantener buenas relaciones con el partido resulta esencial para prosperar con cualquier negocio, pero las empresas estatales siguen siendo un pastel demasiado apetitoso.
Para empezar, porque operan en régimen de monopolio y acaparan la mayor parte del crédito bancario chino. Y, para terminar, porque quienes ocupan puestos de responsabilidad en estas empresas estatales son necesariamente personalidades vinculadas al partido comunista. Ahora bien, una empresa estatal del partido no necesita deslocalizarse a un paraíso fiscal para defraudarse a sí misma. Son estas mismas personalidades vinculadas al partido quienes, eventualmente, desvían su riqueza a paraísos fiscales. Pero no las empresas. A diferencia de empresas privadas como Fosun, que utilizan los paraísos fiscales por razones puramente financieras y no para evadir impuestos, otras personas vinculadas al partido sí pueden estar defraudandon en estos centros offshore. Con el objetivo, básicamente, de ocultar su riqueza y la procedencia presuntamente ilícita del dinero. Está el caso también de Jasmin Li, hija del prominente político chino, Jia Qinglin. Ella abrió una empresa en Islas Vírgenes y la transfirió por un dólar al distribuidor de relojes Hengdeli ¿Hay aquí delito?
Conviene ser cuidadoso y no generalizar. En estos papeles de Panamá hay delincuentes y gente que hace sus negocios con absoluta transparencia. Hoy cualquier persona dispuesta a pagar mil quinientos dólares puede abrir una empresa en Islas Vírgenes. La diferencia en este caso tan espinoso, claro, está entre ocultar el patrimonio o declararlo. Y también, lógicamente, en saber si el origen del dinero es lícito o no. Los papeles de Panamá, qué duda cabe, son importantes para detectar situaciones extrañas e investigarlas. Pero aparecer en los mismos no debe ser sinónimo de culpabilidad. Los chinos tienen infinidad de cuentas offshore, en paraísos fiscales, porque muchos necesitan operar con divisa extranjera. Otros, claro, las tienen para evadir impuestos. O para ocultar la procedencia ilícita de sus patrimonios personales. La pena es que en China no esperamos una investigación independiente sobre los oficiales chinos mencionados por Panamá. Pero no metamos a todos, particulares privados, políticos o empresas; en el mismo saco. Sería un error.