China está sustituyendo los conocidos como impuestos corporativos por el IVA. La reforma, como todas las realizadas en este país, ha venido haciéndose gradualmente. Hace cuatro años y medio se aplicó en Shanghai, sustituyendo los impuestos corporativos de algunos sectores por el IVA. Ahora, sin embargo, todos los impuestos corporativos del sector servicios van a […]
Dirigentes Digital
| 10 jul 2016
China está sustituyendo los conocidos como impuestos corporativos por el IVA. La reforma, como todas las realizadas en este país, ha venido haciéndose gradualmente. Hace cuatro años y medio se aplicó en Shanghai, sustituyendo los impuestos corporativos de algunos sectores por el IVA. Ahora, sin embargo, todos los impuestos corporativos del sector servicios van a ser reemplazados por el IVA.
China, hasta ahora, tiene tres tipos de impuestos indirectos: uno corporativo, otro al consumo y el IVA. Reduciendo estos impuestos a sólo dos tipos, en primer lugar, lo que se consigue es simplificar la estructura fiscal. También se comenta que el impuesto al consumo, cuya aplicación recae principalmente sobre los bienes de lujo, quedará sujeto a reformas importantes durante los próximos meses.
Pero centrémonos, como venimos señalando, en esta sustitución de los impuestos corporativos del sector servicios por el IVA. Son cuatro los capítulos que se han incorporado ahora al nuevo gravamen: construcción, transacciones inmobiliarias, servicios financieros y calidad de vida. En los servicios de entretenimiento, por ejemplo, el antiguo impuesto corporativo era del 20%. Tras la reforma del IVA, sin embargo, pasa a ser solamente un 6%.
En otros sectores, sin embargo, la carga fiscal sube. Los servicios de construcción pasan del tres al once por ciento. Las transacciones inmobiliarias, con un tipo corporativo actual del cinco, también pasarán a gravarse al 11% de IVA. Y solamente los servicios financieros se van a quedar prácticamente como estaban. Exentas del IVA, y de cualquier otro impuesto, siguen estando las exportaciones. Es más, el gigante asiático mantiene su apoyo incondicional al sector exportador devolviendo parte del IVA aplicado sobre los insumos importados, lo cual sigue levantando ampollas entre quienes acumulan un importante déficit con China. Además de simplificar la estructura fiscal, como decimos, esta reforma del IVA también nos indica hacia dónde se dirigen las principales políticas económicas chinas.
Tomando como referencia los cuatro últimos capítulos comentados anteriormente, y haciendo un análisis desde la elasticidad de cada sector, es posible concluir lo siguiente:
1) China desincentiva el desarrollo del sector inmobiliario, como demuestran por otra parte las estadísticas oficiales, mientras intenta maximizar los ingresos fiscales dado que la demanda de viviendas es inelástica. Gráficamente:
Subir los impuestos dentro del sector inmobiliario implica, en primer lugar, desincentivar la demanda (paso de C1 a C2). Las personas siempre vamos a necesitar casas, por mucho que suban los precios seguirá habiendo demanda, si bien dicha reducción se daría principalmente entre quienes utilizan la vivienda como inversión especulativa (y no para consumo propio). Como se trata precisamente de minimizar las burbujas dentro del sector inmobiliario, para que el dinero pueda destinarse a otras actividades más productivas, esta subida impositiva tiene un sentido lógico.
Por otra parte, las autoridades también desean optimizar la recaudación fiscal, y un sector propicio para ello puede ser el inmobiliario. Partimos del supuesto de que las personas siempre vamos a necesitar una vivienda. Por tanto, aunque suban los precios, nadie renunciará a vivir bajo un techo. Quizás los inversores y compradores de una segunda vivienda sí, como apuntábamos antes, pero la demanda siempre caerá mucho menos en proporción al encarecimiento del bien. Es una forma de demanda inelástica, o sea, las subidas del precio apenas afectan a la demanda del bien en cuestión. Y en estos sectores es donde los gobiernos, eventualmente, pueden aprovechar para incrementar la recaudación.
Si observamos la parte coloreada naranja del gráfico vemos claramente que, al incrementarse el precio mediante una subida de impuestos, los ingresos fiscales aumentan. China tiene una estructura de gasto cada vez mayor y necesita compensarla con impuestos. El déficit público sigue estando en torno al 3% y la deuda es una sexta parte del PIB.
2) China incentiva el desarrollo del emergente sector servicios, dirigidos al consumo, mientras también optimiza la recaudación fiscal. Y en este caso, claro, lo hace bajando los impuestos. Aquí debemos considerar otra estructura de demanda distinta, elástica, porque del entretenimiento nos podemos quitar ante cualquier subida del precio (o bien consumirlo con una frecuencia mayor si resulta ser más barato). Gráficamente:
El sector del entretenimiento, según la famosa Circular 36, ha experimentado una bajada de impuestos considerable. Del 20% gravado por la vía de los impuestos corporativos, cae hasta el 6% ahora con el IVA. Hablamos, por un lado, de incrementar sustancialmente la demanda en este segmento (desde C1 hasta C2). Y, por otra parte, también es más óptimo para el gobierno porque incrementa sus ingresos fiscales bajando los impuestos (como indica la parte coloreada naranja).
La conclusión, por tanto, es que esta reforma fiscal es coherente con el cambio de modelo económico. Vemos subidas de impuestos en industrias sobrecalentadas, a desincentivar, como la inmobiliaria. Y bajadas en sectores emergentes, que se quieren incentivar, como los servicios de consumo.
Al final, todo se reduce a una cuestión de cómo asignar el ahorro acumulado en China. Puede destinarse a inversiones inmobiliarias, donde hay burbujas y rendimientos decrecientes (lo cual plantea problemas de rentabilidad, morosidad o desempleo). O bien dicho ahorro puede destinarse a gasto en servicios de consumo (una dinámica que debe generar beneficios empresariales, mayores salarios y bienestar). Incentivar fiscalmente el sector servicios de consumo, en detrimento del inmobiliario, encaja con este marco.
También las exenciones en sectores como, por ejemplo, la educación. Se promueve la transformación del modelo y, de paso, el gobierno optimiza su estructura fiscal recaudando más en todos los casos. Es una reforma más, como otras dentro del sector financiero o de las empresas estatales, cuya combinación debería conducir al mismo resultado final: un modelo económico sostenible en China.