China creció un 6,9% en 2015, el ritmo más lento del último cuarto de siglo, pero envidiable para otras economías emergentes. La preocupación por su evolución futura es la constante de este comienzo de 2016 y fue, por ejemplo, una de las conversaciones clave en la reciente reunión del G20 en Shangai. "China absolutamente no […]
Dirigentes Digital
| 07 mar 2016
China creció un 6,9% en 2015, el ritmo más lento del último cuarto de siglo, pero envidiable para otras economías emergentes. La preocupación por su evolución futura es la constante de este comienzo de 2016 y fue, por ejemplo, una de las conversaciones clave en la reciente reunión del G20 en Shangai. "China absolutamente no experimentará un aterrizaje duro. Estas predicciones no llegarán a nada", aseguró Xu Shaoshi, titular de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, según Reuters.
La economía china ha entrado, según Shaoshi, en una fase de "nueva normalidad" en el que el modelo de crecimiento pasa de la inversión a los servicios. China busca también alejar los temores sobre la significativa reducción de las reservas en divisas extranjeras que, según el vicegobernador del Banco central, "tuvieron como destino predominante los ciudadanos y empresas del país", dijo Yi Gang. "Las reservas de divisas de China son abundantes y razonables, y los fundamentos económicos del país son sólidos", añadió.
Las reservas de divisas de China se redujeron en 99.500 millones de dólares en enero hasta 3,23 billones de dólares después de una caída récord en el mes anterior. Las reservas han disminuido en 762.000 millones de dólares desde mediados de 2014, más que el PIB de Suiza.
Por su parte, el ministro de Finanzas, Lou Jiwei, considera que elevar el déficit fiscal en 2016 ayudaría a China a evitar una caída del crecimiento y a impulsar sus reformas estructurales. En 2015 el déficit alcanzó en 2,4% frente a una previsión del 2,3%. Para este ejercicio el presupuesto prevé que alcance un 3%.
Algunos analistas dicen que el objetivo es demasiado conservador para estabilizar realmente el declive del crecimiento económico, mientras que otros advierten sobre el impacto que podría tener en el balance del Gobierno. "Esto apunta a un nuevo aumento del apalancamiento en la economía que corre el riesgo de elevar los pasivos contingentes para el Gobierno", dijo Marie Diron, vicepresidenta senior de la agencia Moody’s a Reuters.
Moody’s ya ha rebajado su perspectiva sobre la deuda del Gobierno chino a "negativa" desde "estable", debido a la incertidumbre sobre la capacidad de las autoridades para aplicar las reformas económicas, el aumento de la deuda pública y la caída de las reservas.
En este sentido, Jiwei reconoce que los ingresos fiscales, que representan el 30% del PIB chino, se van a desacelerar en el futuro aunque cree que hay margen para aumentar la deuda. "Nuestros ingresos fiscales se encuentran en una situación seria. Tenemos que ampliar el déficit fiscal, pero es difícil decir cuánto", asegura.
La ampliación del déficit será clave para paliar uno de los riesgos que sí preocupa al gobierno chino: la deuda de las administraciones locales. "Las nuevas deudas (de los gobiernos locales) desencadenarán un aumento de los riesgos", advierte el titular chino de Finanzas, que anunció que el alza del déficit anunciada para este año servirá para emitir más bonos y dar liquidez a estas administraciones.
"No utilizaremos el déficit para comida. Si pides dinero prestado para comer, no es bueno. Para comer, es mejor depender del salario. Con el dinero prestado se puede comprar una casa y usar después el salario, los ingresos, para pagar la hipoteca", dijo Lou.
El ministro de Finanzas chino también confía en que, una vez la economía del país vuelva a disfrutar de una "mejor situación", el Gobierno central podrá reducir las deudas que vaya a generar.