Incluir la divisa china en esta cesta supone un voto de confianza con vistas a una internacionalización futura del yuan. Es una bendición a la reforma financiera china por parte del FMI. Estos DEG, sin apenas relevancia entre los principales bancos centrales del mundo, representan una unidad monetaria emitida por la institución multilateral. Su valor […]
Dirigentes Digital
| 24 mar 2016
Incluir la divisa china en esta cesta supone un voto de confianza con vistas a una internacionalización futura del yuan. Es una bendición a la reforma financiera china por parte del FMI. Estos DEG, sin apenas relevancia entre los principales bancos centrales del mundo, representan una unidad monetaria emitida por la institución multilateral.
Su valor es una media ponderada del dólar estadounidense (41,73%), euro (30,93%), yuan chino (10,92%), libra esterlina (8,09%) y yen japonés (8,33%). Y solamente se pueden intercambiar entre estas divisas. La proporción de los DEG con respecto a las reservas internacionales apenas roza el 5% (la divisa preferida sigue siendo el dólar). Y su influencia práctica sobre la economía mundial, por tanto, es del todo irrelevante. Ahora bien, todos sabemos que China lleva tiempo pidiendo una solución al conocido aquí como "el problema del dólar".
Los años del QE practicado por la FED estadounidense fueron especialmente difíciles para China, que veía como se reducía sustancialmente el valor de sus activos denominados en dólares. China tiene actualmente 1,2 billones de dólares en bonos del tesoro americano. Y sus reservas en dólares siguen siendo el 66% del total. El yuan, como moneda internacional, nunca ha sido una alternativa realista frente al dólar. Pero sí podría servir otra divisa que lo incluyera de alguna manera. Desde entonces no pocos analistas chinos vienen señalando que, entre sus candidatos favoritos, están los DEG.
De los DEG, sabemos que a China le gusta una cosa, fundamentalmente: su reducida volatilidad relativa con respecto al dólar. Cuando los precios internacionales están denominados en dólares, el dólar actúa como moneda de reserva internacional para, por ejemplo, comprar petróleo o ejecutar transacciones comerciales.
El problema, sin embargo, viene dado cuando el dólar se deprecia y pierde poder adquisitivo tras un QE. Y, con él, las reservas en dólares de los demás países. Es entonces cuando naciones como China pueden echar de menos una divisa estable que no experimente demasiadas fluctuaciones con el resto. Una moneda con la que, por ejemplo, se puedan abonar las facturas del comercio internacional de bienes como los hidrocarburos. O con la que seguir desarrollando el comercio.
Sin embargo, se antoja todavía utópico ver al dólar perder su condición de reserva internacional, y mucho menos acabar siendo reemplazado por los DEG. Pero los chinos también empiezan a considerar útopico que el dólar se perpetúe como moneda global.
Los DEG en circulación ascienden actualmente a 204 mil millones (unos 284 mil millones de dólares al cambio). Y ahora se acaba de aprobar un incremento hasta los 477 mil millones. Cierto es que, anteriormente al año 2009, sólo se habían asignado 21 mil millones de DEG. Pero, en cualquier caso, los DEG únicamente representan una parte pequeña de las reservas totales a nivel mundial (menos del 5%). El dólar, como moneda de reserva internacional, representa más del 50%.
En este sentido, nuestra primera conclusión debe ser que los DEG todavía están lejos de sustituir al dólar. Nuestra segunda conclusión es que el yuan chino está empezando a ganar cierto peso específico. Su internacionalización está avanzando bastante rápido. Y avanzará completamente cuando se liberalice la balanza de capitales. Al entrar en los DEG, mientras el yuan gana peso, China podría estar buscando terminar con la hegemonía del dólar. No desbancarlo, pero sí sustituirlo por otra divisa de reserva que lo incluyera junto con otras monedas (como los DEG).
"El mundo no puede depender del interés coyuntural estadounidense ni solamente de sus políticas monetarias", me comenta Huo Deming (China Center for Economic Research ? Pekin University). En tercer lugar, la política de China hacia el FMI también es coherente con estas dos hipótesis anteriores. Pekín ha conseguido, recientemente, incrementar su peso dentro del FMI. Lo hará del 3.81 al 6.52%, solamente superada por Japón (6.59%) y EEUU (17.75%).
Cualquier decisión del FMI, como emitir nuevos DEG, debe ser aprobada por al menos un 85%. Estados Unidos, por consiguiente, sigue manteniendo el control efectivo del FMI. Pero países como China, Rusia, Brasil o India ya están entre los diez primeros accionistas del FMI. Y China, seguramente, mantendrá la presión para seguir ganando peso. Por tanto, en nuestra opinión, la política china dentro del FMI tiene dos objetivos fundamentalmente:
1- A corto plazo, ganar más peso dentro del FMI.
2- A largo plazo, promover una divisa de reserva internacional que no sean las monedas nacionales. Si los SDR pueden acabar cumpliendo ese papel, pasado un tiempo, todavía está por ver. Pero sí parece evidente que China está respaldando activamente el desarrollo de los DEG. En primer lugar, porque el yuan chino deberá desligar su cambio del dólar estadounidense, lo cual introduciría más volatilidad cambiaria que una moneda internacional y ponderada como los DEG. Tendrá que desligarlo porque, precisamente, se busca una ponderación diversificada en los DEG. Si yuan y dólar siguen cotizando anclados, su ponderación conjunta superaría el 50%, lo cual contravendría los objetivos de diversificar del FMI.
La liberalización futura del yuan, además, impedirá que China pueda mantener pegada su divisa al dólar. Solamente podría hacerlo, según la trinidad incompatible de Robert Mundell, vinculando su política monetaria a Estados Unidos como viene haciendo ahora mismo Hong Kong. China descarta este escenario por lo que mantener una balanza de capitales abierta, y una divisa internacionalizada plenamente convertible exigirá, necesariamente, la libre flotación del yuan. Los chinos han estado quejándose, con razón, de que sus reservas en dólares han perdido poder adquisitivo durante las políticas monetarias superexpansivas estadounidenses.
Estados Unidos, por decirlo de alguna manera, ha monetizado deuda perjudicando a los ahorradores (que en este caso concreto son países extranjeros como China). Pero una depreciación masiva del dólar frente al yuan, sin existir un anclaje como hasta ahora, se considera letal en términos de exportaciones y empleo. Por esta razón, y no otra, los chinos desean promover otra divisa independiente de las necesidades económicas que un determinado país pudiera tener (como viene ocurriendo ahora con EEUU).
Si tomamos dos fechas al azar, por ejemplo, marzo y noviembre de 2009, podremos percibir estas relaciones mucho mejor. La crisis financiera internacional acababa de comenzar en los Estados Unidos, el problema estaba sobre todo allí, y las políticas monetarias norteamericanas ya eran abiertamente expansivas. Entonces el dólar se depreció un nada desdeñable 16% frente al euro de 1.26 a 1.51 dólares. El yuan, anclado al dólar, se apreció un 1% frente a la divisa americana. Y, consecuentemente, también perdió un 18% frente al euro de 8.65 a 10.25 yuanes.
En este caso concreto, los chinos consiguieron proteger las exportaciones hacia sus dos primeros mercados, pero el tipo cambiario deberá fluctuar libremente una vez liberalicen su balanza de capitales. Y es aquí donde se busca una menor volatilidad.
¿Cómo cotizaron los DEG durante este periodo? Pues el dólar solamente se depreció un 2%, de 1.50 a 1.53DEG. El yuan, por su parte, se apreció mínimamente (un 0.63%). Y el euro también avanzó algo menos del 3%. Estos porcentajes, comparados con la volatilidad EUR/USD o EUR/RMB (sin olvidar el anclaje del cambio USD/RMB), son más estables. China identifica estabilidad cambiaria con una "divisa" multilateral como los DEG. Si tomamos un periodo de tiempo más amplio, el que coincide con la recuperación en Estados Unidos y los problemas fiscales europeos, ocurre algo parecido. Entre enero de 2013 y hoy, por ejemplo, el euro se depreció frente al dólar un 20%.
Frente al yuan lo viene haciendo un 14%. Y el cambio USD/RMB, por la política cambiaria china de anclaje al dólar, solamente varió un 4%. Con los DEG, sin embargo, la volatilidad registrada ha sido sensiblemente menor. La pregunta, por tanto, es clara ¿Para qué tener divisas de reserva cuyos tipos cambiarios pueden variar dobles dígitos en intervalos relativamente cortos? ¿Para qué tenerlas pudiendo utilizar una hipotética divisa, como los DEG o similar, cuya volatilidad es menor al ponderar las principales monedas del mundo?
Esto fue lo que Zhou Xiaochuan, presidente del PBOC, vino a decir cuando dijo aquello de sustituir al dólar por otra divisa multilateral más estable como los DEG. Esto lo comentó Zhou en 2009 y la política china parece estar siguiendo una linea bastante coherente hacia el FMI y los DEG.