Dada la importancia mundial de China, tal choque podría significar un desastre para el mundo. Aidan Yao y Shirley Shen, estrategas del equipo de Research de AXA IM, explican cuál es la situación que ahora mismo envuelven al gigante asiática. Tal y como analizan, hay opiniones diversas sobre cómo los desequilibrios de China pueden ser […]
Dirigentes Digital
| 28 ago 2017
Dada la importancia mundial de China, tal choque podría significar un desastre para el mundo. Aidan Yao y Shirley Shen, estrategas del equipo de Research de AXA IM, explican cuál es la situación que ahora mismo envuelven al gigante asiática. Tal y como analizan, hay opiniones diversas sobre cómo los desequilibrios de China pueden ser corregidos. Las expectativas populares se dividen en tres categorías: Por un lado, “una crisis financiera de estilo estadounidense; una década perdida al estilo de Japón; o un aterrizaje suave preferido por China”. En este sentido se puede observar los tres caminos hipotéticos que encapsulan estos escenarios. Los casos de crisis y de graves pérdidas se basan en las experiencias de Estados Unidos y Japón durante y después de las crisis de 2008 y principios de los noventa. El camino de aterrizaje suave presenta “una economía que va madurando gradualmente, con los desequilibrios desenrollados por las reformas exitosas”. Para determinar cuál es la vía más pertinente para China, estos expertos han comparado sus características macroeconómicas hoy con las de Estados Unidos y Japón antes de sus respectivas crisis. A pesar de las similitudes obvias, “existen importantes diferencias que ayudan a explicar por qué China ha evitado hasta ahora una interrupción sistémica”. La conclusión de estudio se centra, principalmente, en tres tipos de mensajes diferentes: Un aterrizaje suave sigue siendo “el camino más probable, dado el amplio control estatal de China de su sistema macro”. Por otra parte, un estancamiento económico prolongado “es un riesgo mayor que una crisis financiera, porque las reformas exitosas son más difíciles de conseguir y que simplemente pueda desencadenar el escenario de las caídas”. La clave para el camino que China eventualmente tome se convertirá en las respuestas políticas que se reciban. En este sentido, si Pekín puede continuar impulsando las reformas estructurales y encabezando los ajustes económicos, “creemos que China tiene buenas posibilidades de evitar el destino de los demás y trazar su propio rumbo para el futuro”.