Se trata de un seguro que puede contratar cualquier persona cuya edad esté comprendida entre los 30 y los 81 años. Estos productos, que ya ofrecen muchas aseguradoras, incluyen diferentes coberturas como es el caso de un servicio de especialistas legales, reparación del daño, la inclusión de un investigador encaminado a la obtención de pruebas […]
Dirigentes Digital
| 16 mar 2015
Se trata de un seguro que puede contratar cualquier persona cuya edad esté comprendida entre los 30 y los 81 años. Estos productos, que ya ofrecen muchas aseguradoras, incluyen diferentes coberturas como es el caso de un servicio de especialistas legales, reparación del daño, la inclusión de un investigador encaminado a la obtención de pruebas del delito y, cómo no, el conseguir la recuperación de la reputación online que poseía el asegurado antes de producirse el delito.
Las diferentes compañías que los ofrecen, buscan a la vez realizar una labor preventiva (vitar que ocurra el robo o suplantación), y una resolutiva (reparar los daños una vez ocurrido). Sí por ejemplo, en el caso de que alguien suplante la identidad de otra persona e intente pedir un préstamo, es importante tanto que estos seguros de protección de identidad cubra los posibles riesgos derivados de esta actuación, como que realicen actuaciones encaminadas a evitar que situaciones como esta se lleguen a dar
Otro ejemplo de su importancia de cara a la prevención es el hecho de que facilite un paquete de seguridad para que sea instalado en el ordenador del asegurado (anti virus, bloqueo de cookies, limpieza, etc).
Además de este tipo de productos, algunas aseguradores ofrecen ya en nuestro país el servicio de borrado de información digital. En ocasiones, incorporado en la póliza del hogar o negocio, esta nueva prestación permite a los clientes solicitar la eliminación o modificación de la información personal que pueda aparecer sobre ellos en Internet.
¿Qué es el robo de identidad?
El robo de identidad ocurre cuando una persona se apropia de información personal ajena, tal como su número de la Seguridad Social o fecha de nacimiento, con la intención de cometer fraude o contribuir a una actividad ilegal. Una vez obtiene la información personal suya, la persona puede solicitar cuentas de tarjeta de crédito a su nombre, abrir cuentas bancarias para expedir cheques con fondos insuficientes a su nombre o coger dinero a préstamo, afectando su crédito personal.