1. Seguridad para el ahorrador La inversión vía fondos está altamente legislada y el encargado de supervisar que todo funcione correctamente es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los expertos explican que para afianzar la tranquilidad de los partícipes es indispensable conocer que el patrimonio del fondo está fuera del balance tanto de […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2014
1. Seguridad para el ahorrador
La inversión vía fondos está altamente legislada y el encargado de supervisar que todo funcione correctamente es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Los expertos explican que para afianzar la tranquilidad de los partícipes es indispensable conocer que el patrimonio del fondo está fuera del balance tanto de la gestora como de la depositaria (también de la comercializadora). Es decir, en caso de un problema de solvencia, el dinero de los partícipes no entra a formar parte de la masa acreedora, pudiendo traspasarlo a otro fondo de inversión.
2. Diversificación
El riesgo para el ahorrador es menor que comprando uno o dos activos individuales. Además, hay muchos fondos de inversión que o no tienen mínimos de entrada o bien éstos son pequeños de tal manera que con pocos ahorros una misma persona puede tener fondos de varias zonas geográficos, en distintos sectores, con políticas de inversión opuestas o en monedas diferentes al euro, algo que sería prácticamente imposible con otros productos.
3. Gestión profesional
Sean o no independientes, el fondo cuenta con un equipo de profesionales y expertos en mercados, análisis, etc, que liberan al partícipe del costoso trabajo que supondría estar atento a la evolución de los mercados financieros.
4. Trasparencia y seguimiento
Si bien es cierto que la gestión la realizan los expertos, el partícipe sí debe controlar que lo hagan bien, algo muy fácil actualmente. De forma adicional a que legalmente la gestora del fondo está obligada a enviarle al cliente información relativa a la evolución, rentabilidad, cartera, comisiones y demás datos relacionados. Ya hay webs especializadas, como iAhorro.com, donde encontrar esta información de forma muy específica, estructurada y clara, y poder hacer así comparativa entre fondos o con el mercado, preguntar a expertos independientes o participar en foros de inversores; de hecho es más fácil seguir y controlar la evolución de un fondo de inversión que de una empresa de la que uno sea accionista.
5. Fiscalidad
Hay que distinguir entre lo que paga el propio fondo de inversión por los beneficios que consigue y cómo tributa el partícipe cuando rescata participaciones. El fondo tiene que declarar sus beneficios en el Impuesto de Sociedades, pero como figura de inversión colectiva el porcentaje que debe pagar es el 1% (igual que las SICAVs). El partícipe cada vez que vende participaciones debe tributar o en Impuesto de Sociedades (si es una persona jurídica) al tipo que le corresponda o en el IRPF si es persona física, con algunas características propias. Se pueden hacer traspasos de fondos (equivalente a vender uno reinvirtiendo el dinero en otro) sin generar rendimientos, por lo tanto sin pagar nada a Hacienda.