Cinco negocios de hostelería en uno

No son bares; o sí, pero no sólo: son cafeterías en las que desayunar, heladerías, lugares de tapeo, de merienda, de cóctel a la caída de la tarde y bares de copas, de noche. Charlotte hace un proyecto de interiorismo distinto para cada local, con el objetivo de dar a cada nueva incorporación a la cadena una personalidad propia, estilo, creatividad, originalidad… Al no pertenecer a una empresa de cerveza, café o helados, que se ha reconvertido al negocio de la franquicia hostelera para encontrar una salida a sus productos, Charlotte puede ofrecer al franquiciado su experiencia de la hostelería, una inversión reducida, y siempre pensando en reducir su riesgo y el plazo de retorno de su inversión.

El negocio de la hostelería y la restauración siempre ha sido atractivo en nuestro país, a pesar de la crisis. Es cierto que en los últimos cuatro o cinco años ha podido bajar entre un 5% y un 10% en facturación, pero desde luego no ha sufrido ni de lejos el bajón que si han experimentado sectores como el de la venta de muebles, suministros automovilísticos y no digamos el "ladrillo". Pero además se trata de una actividad en la que se cobra al instante, y eso en tiempos como los actuales, en los que la morosidad es uno de los mayores peligros empresariales, es una gran ventaja.

Una tercera ventaja del negocio hostelero es su estabilidad. "Si consigues mantener una clientela estable, cuidar tanto la calidad como el servicio, si te mueves en las redes sociales y cuidas siempre de tener una oferta atractiva para cada franja horaria, un negocio de restauración es un seguro de vida", razona Sylvain Wils, creador y propietario de la cadena de bares-cafeterías Charlotte que cuenta en la actualidad con 37 establecimientos abiertos al público en toda España. "Hay que estar muy pendiente del negocio, no descuidarlo, ni en lo referente a la decoración, ni en la atención al cliente. Pero a diferencia de otras actividades comerciales, no es un negocio de muchos altibajos: la facturación es estable, y lo mejor de todo es que se hace caja de lunes a domingo. Cierto que tienes que controlar mucho el negocio, con tres cierres de caja diarios e inventarios semanales, pero con un poco de mimo, la restauración es un gran negocio". Lo dice alguien que ha estado trabajando durante años para una gran superficie de alimentación francesa, y que compatibiliza esta cadena de bares-cafeterías con otro negocio, esta vez de importación de mobiliario. Así que sabe, sin duda, de lo que habla.

Y como francés, sabe también lo que  dice cuando razona que si la fórmula de la franquicia es especialmente interesante para quien se inicia en el mundo de los negocios, lo es sin duda para aquellos emprendedores e inversores que ponen en marcha un bar-cafetería. "La elección del emplazamiento, la selección del personal, el nombre y la imagen de marca, la decoración del local, la elección y el trato con los proveedores… todo son ventajas para quien recurre al saber hacer de una enseña seria", señala el promotor de Charlotte, una franquicia que, según él, "ofrece cierta libertad a sus franquiciados para que se sientan a gusto. Soy partidario de una cierta flexibilidad, lo cual me ha granjeado más de una crítica".

Pero además, quien apueste por esta enseña puede tener la seguridad de hacerlo por un saber hacer que ya ha pasado por el montaje de unos 45 bares-cafeterías como el suyo, "No tengo inconveniente en reconocer que han cerrado unos 8 locales en los 8 años de vida de la franquicia, sea por traspaso, divorcio de la pareja que lo montó o lo que sea" explica Sylvain Wils, de origen francés que lleva ya más de un par de décadas viviendo en Sevilla. Precisamente fue en la capital hispalense donde puso en marcha su primer bar, en 2002, al que pronto siguió otro similar. Un par de años después, se dio cuenta de que crecer y expandirse a base de capital propio era complicado, así que echo mano del sistema de franquicia en 2006 y un año después ya estaban abiertos los cinco primeros establecimientos franquiciados de su red, "a cuyos propietarios nunca podré llegar a agradecer la confianza depositada en mí y en este concepto de negocio. Son los franquiciados de Madrid, Ceuta, Jerez, Alicante, Cadiz y Leganés, que me ayudaron a ir alcanzando una masa crítica de unidades operativas, sin las cuales Charlotte no hubiera salido adelante". La carta de los Charlotte incorpora una amplia oferta de pastelería, donde destacan las tartas, los ‘brownies’, los ‘crepes’, las tortitas y los ‘gofres’, y numerosas novedades y combinaciones, smoothies, frappes con o sin alcohol, copas de helados con alcohol, batidos de zumos, batidos de horchata, combinados de cafe?s con o sin alcohol, con una gran variedad de coctelería y gin-tonic ‘premium’. Además el franquiciado dispone de una amplia oferta de comidas en la línea de un gastrobar, que se adapta según si dispone o no de una cocina con salida de humos.

El local necesario para poner en marcha un bar-cafetería bajo el rotulo de Charlotte puede variar entre los 90 y 110 metros cuadrados, y a de disponer en lo posible de una terraza para siete u ocho mesas. Su emplazamiento ha de estar ubicado en una zona en la que haya negocio en todas las franjas horarias del día, y si bien "no es necesario que esté situado en la calle más comercial de la ciudad, si que la zona ha de reunir esa magia de proporcionar clientes para el desayuno, el aperitivo, la merienda, el ‘afterwok’, la noche…". La inversión para un negocio de este tipo varía enormemente entre una simple redecoración, que podría rondar los 40.000-50.000 euros, y los 120.000-130.000 euros a los que puede ascender la puesta en marcha de un local nuevo "en bruto".

No hay un retrato robot del candidato a franquiciado ideal, según cuenta el creador de Charlotte: "Contamos en la cadena con emprendedores que buscaban un autoempleo e inversores, y se da el mismo número de éxitos entre uno y otro. Tal vez si tuviera que elegir, en un computo global, me quedase con el que busca un trabajo para sí mismo", explica este franquiciador que cuenta con tres multifranquiciados: en Ceuta, Mallorca y Madrid, y que resume así la rentabilidad de un negocio de restauración de estas características: "Aproximadamente un 30% de la cifra de venta se va en personal, otro 30% en producto, un 8% más en el alquiler y un 8 % en gastos generales. Así que entre el 10% y el 20% restante es el beneficio bruto del que descontar la inversión efectuada".

Ficha

Año de constitución de la empresa: 2002

Año de creación de la franquicia: 2006

Inversión (para un local de 100m2): 49.500 euros (+ IVA). No se incluye las obras de remodelación necesarias. Y a partir de 30.000 euros (+ IVA) todo incluido, para la reconversión de un local ya en marcha

Canon de entrada: no existe

Royalty  de explotación: no existe

Canon de publicidad: no existe

Duración del contrato: 5 años

Área de exclusividad para el franquiciado: según ubicación del local

Fondos propios recomendados para la inversión: 50%

Características del local: 40 a 350 m2. Recomendable terraza exterior

Superficie ideal: 100m2 para un local sin cocina; 160 m2 para un local con cocina

Zona: presencia de restaurantes, bares de copas o discotecas, zona de paso, y cercanía de oficinas

Población mínima: 12.000 habitantes

Cifra de ventas anual: entre 250.000 € y 450.000 € (varía según ubicación y tamaño del local)