Hoy se inicia la Campaña de la Renta 2015, y los expertos tienen claro que, pese a su favorable fiscalidad, los planes de pensiones cuentan ahora con menos ventajas tras la reforma fiscal. Primero, porque se ha reducido la cantidad límite que se puede aportar de 10.000 a 8.000 euros, con lo que el ahorrador […]
Dirigentes Digital
| 06 abr 2016
Hoy se inicia la Campaña de la Renta 2015, y los expertos tienen claro que, pese a su favorable fiscalidad, los planes de pensiones cuentan ahora con menos ventajas tras la reforma fiscal. Primero, porque se ha reducido la cantidad límite que se puede aportar de 10.000 a 8.000 euros, con lo que el ahorrador ‘pierde’ en este sentido a la hora de poder desgravarse estas aportaciones.
En su Guía para la Jubilación, los expertos de Abante critican precisamente que las aportaciones se concentren a final de año, cuando las entidades apabullan al ahorrador con el lanzamiento de productos para aprovechar que se empiezan a buscar fórmulas para rebajar la factura fiscal en la declaración de la renta. "De media, el 56% de las aportaciones se dejan para el último trimestre. En 2014 el 60,5% se hicieron entre septiembre y diciembre. Este comportamiento juega en contra del inversor, especialmente en la renta variable: sale un 2,5% más caro que el ahorro periódico", indican los expertos.
También han existido cambios en el rescate de los planes de pensiones en forma de capital, poniendo fin a la reducción del 40% que se aplicaba a los ingresos de las aportaciones realizadas antes del 31 de diciembre de 2006. Sin embargo, sí se estableció un periodo transitorio.
Los expertos recuerdan que, por un lado, el diferimiento fiscal permite obtener un mayor rendimiento porque eso que nos ahorramos podemos invertirlo y, por otro, es frecuente que el contribuyente tenga un tipo inferior cuando se jubile que durante la etapa activa, por lo que pagaría menos impuestos por ese dinero en el futuro.
Y ponen un ejemplo. Un asalariado sin hijos y con unos ingresos de 70.000, si aporta 8.000 euros anuales a un plan de pensiones (que dé un 4%), cuando haga la declaración Hacienda le devolverá el 46% de lo aportado (3.680 euros). Cuando llegue el momento del rescate, percibirá la pensión máxima. Si, además, cada año rescata 8.000 euros del plan, el porcentaje del rescate que paga a Hacienda es el 36,34% (2.907 euros).
Desde Abante insisten en que a este beneficio (paga menos en el rescate de lo que se ahorra con la aportación) hay que sumarle el efecto del diferimiento fiscal: si esos 3.680 euros que le devuelve Hacienda los invierte al 4% (sumado con la inversión en el plan de pensiones) entre los 50 y los 64 años acumula al final un total de 168.969 euros.
Es decir. Tal y como explican los expertos, si no hubiera contratado el plan y cada año los 8.000 euros los hubiera invertido a través de otro producto con la misma rentabilidad (un 4%), al final del periodo tendrá (después de pagar impuestos) 160.189 euros, es decir, 18.024 euros menos que habiendo contratado un plan de pensiones. "Si la rentabilidad en lugar de ser un 4% fuera un 5%, con el plan de pensiones conseguiría 20.608 euros más, es decir, un punto porcentual más de rentabilidad le ha supuesto un 12% más de ganancia".