Según datos de Inverco, de los 236.502,21 millones de euros de patrimonio en fondos de inversión en España, unos 103.675 millones están invertidos en productos de renta fija y renta fija mixta. Casi un 44% del total. Con este volumen, el inversor debe tener claro que en esta categoría también se puede perder dinero, y […]
Dirigentes Digital
| 10 feb 2017
Según datos de Inverco, de los 236.502,21 millones de euros de patrimonio en fondos de inversión en España, unos 103.675 millones están invertidos en productos de renta fija y renta fija mixta. Casi un 44% del total. Con este volumen, el inversor debe tener claro que en esta categoría también se puede perder dinero, y los expertos anticipan algunos puntos clave para elegir el mejor fondo de inversión dentro de este grupo. Según explican desde Morningstar, pese a las dificultades, las rentabilidades de los índices de renta fija en estos últimos 3 años han sido francamente aceptables a pesar de unos rendimientos a vencimiento muy bajos. Y consideran que, tras un buen 2016, se trata de un activo caro. Por eso, hay que ser muy selectivo a la hora de entrar en este mercado. “Más de un tercio del stock de obligaciones soberanas pasó a territorio negativo en 2016, al mismo tiempo que los flujos netos en esta clase de activo han sido claramente positivos el año pasado. Esta apuesta nos parece peligrosa porque, a menos que se venda antes del vencimiento a una valoración aún más alta, invertir en un activo con tasa negativa tiene grandes posibilidades de generar una rentabilidad negativa”, indica Fernando Luque, editor senior de Morningstar en un reciente análisis sobre la categoría. Desde la firma, apuntan a varios factores clave a tener en cuenta antes de contratar un fondo de renta fija. Por un lado, la calidad del análisis, recordando el volumen de medios que requiere la gestión de esta categoría, que implica conocimientos sobre los fundamentales económicos, la evolución de los tipos de interés o de las divisas. Por no hablar del conocimiento necesario de las empresas y los distintos ratios de su negocio en el caso de las emisiones corporativas. Por otro lado, Luque considera que hay que vigilar también las fuentes de rentabilidad y riesgo. “Aunque son a priori buenas herramientas para limitar el nivel de riesgo de una cartera, los fondos de renta fija utilizan unas fuentes de rentabilidad variadas que pueden otorgarle unos niveles de riesgo muy distintos los unos de los otros”, explica. Aquí, resulta clave el riesgo de pérdida de capital en caso de incumplimiento de unos o varios emisores incluidos en cartera o la sensibilidad de los precios de las obligaciones a la evolución de los tipos de interés, a través de la duración. Por último, los expertos recuerdan cómo en esta categoría, los costes pueden suponer un verdadero mazazo para la rentabilidad final de esta clase de activo que, al ser tradicionalmente más seguro, es en teoría menos rentable que, por ejemplo, la renta variable.