Pasado el verano crece el deseo de cambiar de trabajo. Las vacaciones ofrecen un espacio para la reflexión, en el que es común plantearse nuevos objetivos y buscar nuevas motivaciones de cara al "nuevo curso". En este esecenario las empresas se enfrentan a un importante reto: cómo retener el talento dentro de sus organizaciones. La […]
Dirigentes Digital
| 03 sep 2015
Pasado el verano crece el deseo de cambiar de trabajo. Las vacaciones ofrecen un espacio para la reflexión, en el que es común plantearse nuevos objetivos y buscar nuevas motivaciones de cara al "nuevo curso". En este esecenario las empresas se enfrentan a un importante reto: cómo retener el talento dentro de sus organizaciones.
La respuesta debe ir más allá del plano económico, ya que pese a ser un factor de decisión importante no es el único que el trabajador tiene en cuenta, explica el fundador de Connecting Perspectives, Jordi Robert-Ribes, que añade que para evitar la fuga de cerebros "es imprescindible promover las relaciones de confianza entre los empleados dentro de la organización".
"Cuando un trabajador establece una relación de confianza con uno de sus compañeros, cuenta con que este le ayudará y le apoyará si surge una situación difícil. Lo que contribuye, además, a sobrellevar mejor el estrés y las presiones del día a día", explica este experto.
Para lograrlo, es imprescindible tender puentes entre los diferentes departamentos y no solo dentro de un mismo equipo, ya que de este modo se amplían las posibilidades de que un empleado establezca relaciones sólidas y duraderas dentro de la organización.
El hecho de facilitar la interacción entre departamentos contribuye, además, a incrementar la productividad y la innovación en la empresa, puesto que permite poner en común puntos de vista de perfiles profesionales muy diferentes, facilitando así que se identifiquen nuevas oportunidades de negocio.
Existen diferentes estrategias para fomentar esas relaciones de confianza, como por ejemplo la posibilidad de colaborar en actividades deportivas o programas sociales de forma conjunta, entre otros.
"Participar en un desafío deportivo puede ser una manera para que los profesionales pertenecientes a las diferentes áreas de la organización entren en contacto, promueve el trabajo en equipo y permite que el trabajador se sienta parte de un proyecto", explica Jordi Robert-Ribes. "Lo único que se necesita es tiempo y un poco de imaginación para encontrar esas dinámicas que permitirán establecer nuevos vínculos y que, por ejemplo, un empleado de marketing se relacione con un técnico", añade.