Un estudio econométrico de los últimos 16 mandatos presidenciales completos realizado por Alan Blinder y Mark Watson, de la Universidad de Princeton, ha revelado que la economía estadounidense creció con más fuerza durante las presidencias Demócratas y pasó menos tiempo en recesión durante esos periodos. Sin embargo, su conclusión fue que el resultado de las […]
Dirigentes Digital
| 19 oct 2016
Un estudio econométrico de los últimos 16 mandatos presidenciales completos realizado por Alan Blinder y Mark Watson, de la Universidad de Princeton, ha revelado que la economía estadounidense creció con más fuerza durante las presidencias Demócratas y pasó menos tiempo en recesión durante esos periodos. Sin embargo, su conclusión fue que el resultado de las elecciones presidenciales tenía un efecto reducido en la evolución de la Bolsa y que lo más determinante había sido el momento en el que se habían producido. Concretamente, el estudio concluyó que los líderes Demócratas del pasado habían tenido la buena suerte de dirigir el país durante periodos caracterizados por un petróleo barato, mayores incrementos de la productividad y, en general, mejores condiciones económicas internacionales. Aún así, la historia demuestra que este el efecto electoral sí puede ser más importante para los diferentes sectores y las empresas, por lo que los inversores deben estar muy atentos a las políticas y promesas de ambos candidatos. Aunque las implicaciones son muchas, Fidelity resume en estos puntos ese posible efecto sobre los sectores de la Bolsa estadounidense: HILLARY CLINTON: – Mucho más progresista en inmigración que su oponente, lo que beneficia a sectores con altos niveles de trabajadores indocumentados, sobre todo la agriculta. – Firme defensora de la protección del medio ambiente, lo que favorece al sector de las energías limpias, como la solar y la eólica. – Defiende un fuerte incremento del salario mínimo federal hasta 12 dólares por hora, lo que es perjudicial para sectores y empresas que emplean grandes cantidades de mano de obra barata, por ejemplo, restauración y hostelería. – Llamamientos para aumentar la regulación e impedir incrementos injustificados de los precios de los medicamentos, lo que podría ser perjudicial para algunas farmacéuticas. – La mejora de las infraestructuras es un objetivo clave en sus políticas que beneficia a la actividad de construcción pública y a las empresas con trayectorias contrastadas en esta área. La continuidad de la Affordable Care Act de Obama sería beneficioso para los proveedores de servicios sanitarios y seguros médicos, que han registrado un aumento de la demanda desde que se aprobó la ley. DONALD TRUMP – Muy duro en inmigración, lo que perjudica a sectores con altos niveles de trabajadores indocumentados, sobre todo la agricultura. – Ha abogado por duplicar el peso del gasto militar en el PIB, lo que es positivo para el conglomerado militar-industrial, como los contratistas de defensa y los fabricantes de equipos militares. – Se opone a la regulación medioambiental, lo que favorece a los productores de combustibles fósiles, como los productores de hidrocarburos de esquisto, la industria del carbón y las empresas de refino, pero perjudica a las energías limpias. – En general, en contra de liberalizar más el comercio y a favor de subir los aranceles; su amenaza de calificar a China como “manipulador cambiario” y las medidas punitivas resultantes preocupan en sectores muy dependientes de las importaciones chinas, pero serían beneficiosas para el resto de sectores que compiten con los productos chinos, como el acero estadounidense. – La mejora de las infraestructuras es un objetivo clave en sus políticas, como su oponente (aunque probablemente este sea más ambicioso en esta materia), lo que beneficia a la actividad de construcción pública y a las empresas con trayectorias contrastadas en esta área. – Las propuestas de rebaja del impuesto de sociedades son potencialmente beneficiosas para todos los sectores si se llevan a la práctica, pero provocan mucha inquietud por el consiguiente incremento de la deuda pública, que tiraría al alza de los tipos de los bonos.