La compra venta de artículos de segunda mano entre particulares se ha convertido en el mercado preferido para los estafadores puesto que la falta de herramientas de seguridad en las transacciones y la libertad a la hora de registrarse y borrar los datos de las plataformas de compraventa; lo han convertido en la combinación perfecta […]
Dirigentes Digital
| 17 ago 2016
La compra venta de artículos de segunda mano entre particulares se ha convertido en el mercado preferido para los estafadores puesto que la falta de herramientas de seguridad en las transacciones y la libertad a la hora de registrarse y borrar los datos de las plataformas de compraventa; lo han convertido en la combinación perfecta para los timadores. Desde Triparto hace años ya vieron la necesidad de crear un método de pago que garantizase, tanto a compradores y vendedores, sus transacciones en la compra venta de productos de segunda mano. Los datos señalan que casi la mitad de los españoles han sufrido un intento de fraude, por ello desde Tripacto explican los patrones comunes a la hora de cometer un fraude online y, de este modo, poder identificar al timador:
1. Precios imbatibles: si por algo ha tenido éxito la compra venta online es por los gastos que puede ahorrarse el comprador y los ingresos extra que obtiene el vendedor. Sin embargo, los precios extremadamente bajos o unas gangas imposibles de creer suelen ser carne de fraude. "Debemos ser realistas a la hora de adquirir un producto online, a pesar de que pueda ser más barato, no suele distar mucho de la realidad", advierten desde Tripacto.
2. Redacción incorrecta: podemos sospechar cuando los anuncios no están todo bien redactados y no por algún error ortográfico sino más bien por la redacción de las frases. Debemos vigilar que el conjunto del anuncio tenga sentido y no parezca que esté redactado por un robot. También hay que ser cautelosos en los mails que intercambiemos a la hora de pedir más detalles sobre el artículo, puesto que si "parecen sacados de un plantilla, son genéricos e inexactos y no están personalizados, es muy probable que se trate de un fraude", puntualiza Albert Buira, socio de Tripacto.
3. Métodos de pago: si los métodos de pago que propone no son los habituales o a los que estás acostumbrado o, incluso, pide dinero por adelantado a modo de garantía, desconfía. Los pagos siempre deben darse, o bien, cuando ya se ha comprobado el artículo a adquirir o por métodos de pago con garantías. En ocasiones, también se da el caso de que en el anuncio permiten el pago con Paypal y a la hora de hacer la transferencia sólo aceptan un método de pago diferente, en ese caso, se aconseja no realizar la operación. Desde Tripacto afirman que "decidimos apostar por una plataforma que actúe como complemento a cualquier página de compra venta de artículos de segunda mano, asegurando así que el comprador no arriesgue su dinero y que el vendedor se asegure el cobro".
4. Intermediario: si derivan la gestión en una tercera persona porque el vendedor se encuentra en el extranjero es muy probable que sea porque ese producto no existe y se trate de un fraude.
5. Identificación: siempre debemos contrastar la identidad de un vendedor o comprador, ya sea mediante búsquedas en google o bien en los propios portales dónde existen clasificaciones de los usuarios. Cualquier usuario que no tenga una identificación clara es mejor no realizar ninguna transacción con éste, o bien, hacerlo mediante métodos de pago que aseguren y garanticen tu dinero.
6. Imágenes genéricas: como en el caso de la redacción de mails, lo mismo ocurre con las fotografías del producto a adquirir. Las imágenes genéricas, con poco detalle y que pueden encontrarse exactamente igual en una búsqueda de internet, son propias de los timos online. Por ello es importante hacer una comprobación previa por tu cuenta para contrastar que esas imágenes no son falsas.
7. Plataformas fraudulentas: del mismo modo que tenemos que identificar al comprador o vendedor, también es muy importante comprobar que la página web en la que estamos viendo el objeto es verdadera. "Una forma de fraude habitual es copiar las webs para que sean iguales que las de compra venta de productos para hacer las transacciones desde ahí y luego esa página desaparezca sin posibilidad de reclamación", explica Buira.