Ausbanc utilizaba la información obtenida de los usuarios de banca y las reclamaciones presentadas para coaccionar a las entidades financieras y obtener acuerdos económicos. Los máximos responsables de la asociación y Manos Limpias habían creado además diversas sociedades para distraer el capital generado.
Desde la asociación se contactaba con las entidades en búsqueda de financiación enmascarada bajo convenios publicitarios para que se publicitaran en sus medios a cambio de proporcionarles una publicidad que les fuera favorable. Además, para lograr esos acuerdos, les ofrecía también rebajar las pretensiones de sus asociados ante determinadas demandas, o incluso archivarlas, aunque ello supusiera un perjuicio para sus clientes.
Paralelamente, para reforzar la presión contra las entidades financieras y lograr los acuerdos económicos pretendidos, Ausbanc utilizaba al sindicato Manos Limpias, al que además financia, para ejercer la acusación popular. Así, se presionaba a la entidad con la personación como parte de este sindicato en determinadas causas para, posteriormente, negociar su retirada si se obtenían los acuerdos económicos, detalla la Policía.
Entre los casos más sonados que ha desvelado la investigación destaca el intento de cobrar tres millones de euros a
Banco Sabadell y Caixabank para retirar la imputación de la Infanta Cristina en el Caso Nóos. La hermana del Rey terminó sentada en el banquillo de los acusados por la acusación popular ejercida por Manos Limpias. Además, del caso Nóos, el sindicato también estuvo personado en el caso de los
Eres de Andalucía contra el presidente de Unicaja,
Braulio Medel. La acusación fue retirada después de que la entidad pagara cerca de medio millón de euros a Ausbanc.
Estructura jerarquizada
Tras la investigación, la UDEF determina que Ausbanc realmente no era una asociación sin ánimo de lucro, sino que su único objetivo era obtener beneficios para sus dirigentes utilizando como pantalla la protección de los consumidores de banca. Los agentes han corroborado también que Ausbanc vendía a las entidades financieras los denominados ITCRA (Informe Trimestral de Consultas y Reclamaciones) que se elabora con las quejas y reclamaciones de los consumidores, obteniendo importantes beneficios.
Los arrestados tenían distintos roles dentro de todo el entramado creado para obtener beneficios económicos, con una clara estructura piramidal y jerarquizada. En un primer nivel estaba el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, quien ejercía todo el control y dirección de la asociación en beneficio propio, tras él los miembros de la junta directiva, quienes supuestamente deberían controlar las cuentas y conocer el destino final de los fondos, cuotas de asociados y subvenciones recibidas. En un último escalón se encontrarían otros cargos menores de la asociación, conocedores de estas prácticas y que también se beneficiaban de lo obtenido.
Recibieron importantes subvenciones
Según la Udef, existían múltiples relaciones comerciales y de flujo de capital entre las asociaciones de Ausbanc, empresas privadas y los miembros de la Junta Directiva. Traspasaban los fondos de Ausbanc a las empresas vinculadas dando la apariencia de que existía una relación de compra venta de servicios que luego o no se llevaban a cabo, o en caso de hacerlo, se podrían haber realizado de manera más ventajosa para los intereses de la asociación. Todos estos movimientos buscaban dar la imagen de que existía una actividad comercial entre las sociedades del grupo y cuadrar a su vez los balances de las distintas sociedades. Todas las sociedades y empresas privadas que se estarían beneficiando estaban controladas por parte de los dirigentes de Ausbanc.
Ausbanc ha obtenido a los largo de estos años importantes subvenciones. Los investigadores están analizando tanto las condiciones específicas de dichas convocatorias como la documentación facilitada por Ausbanc para acceder y obtener las mismas, ya que esta asociación no reuniría los requisitos exigidos.