El precio del petróleo ha repuntado en 2018, haciendo que el crudo destaque frente a otros activos. Para los inversores que busquen exponerse a esta temática, nosotros preferimos la renta variable del sector energético frente a la materia prima en sí, según explica Richard Turnill, Director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock. La semana pasada, […]
Dirigentes Digital
| 18 may 2018
El precio del petróleo ha repuntado en 2018, haciendo que el crudo destaque frente a otros activos. Para los inversores que busquen exponerse a esta temática, nosotros preferimos la renta variable del sector energético frente a la materia prima en sí, según explica Richard Turnill, Director Mundial de Estrategia de Inversión en BlackRock. La semana pasada, la Fed reiteró su confianza en las perspectivas de inflación de Estados Unidos. El dólar se apreció, y los valores y las divisas de Latinoamérica cayeron.
El incremento de los riesgos geopolíticos derivados del Golfo Pérsico ha impulsado unos beneficios de doble dígito en el petróleo este año. El favorable contexto de la oferta y la demanda también ha contribuido, por lo que el petróleo “es uno de los activos que mejor comportamiento está registrando en 2018”. Para los inversores que busquen exponerse a esta temática ahora, “creemos que la renta variable del sector energético resulta más atractiva que la propia materia prima”.
El repunte que ha experimentado el petróleo este año coincide con la creciente preocupación en torno a las tensiones en el Golfo Pérsico. Ello se refleja en un exclusivo indicador de BlackRock que analiza en profundidad los informes de intermediarios y las noticias financieras para evaluar la importancia que el mercado está atribuyendo al riesgo. Véase la línea naranja en el siguiente gráfico.
Los inversores parecen estar descontando posibles disrupciones en la oferta si Estados Unidos no amplía las exenciones a las sanciones a Irán y una cierta preocupación sobre guerras de poder en la región del Golfo. Esta prima de riesgo geopolítico se produce en un contexto de recortes a la producción por parte de OPEP y de estabilización de la demanda de petróleo a escala global gracias a la expansión mundial.
Asimismo, también explicaría por qué el reciente repunte de los precios del petróleo no se ha asociado con la sólida rentabilidad de otros activos de riesgo, lo que “supone una inflexión frente a los últimos dos años”.