A medida que la tecnología avanza, hay herramientas tradicionales que se quedan obsoletas. Uno de los más claros ejemplos son los buzones de correos. Ahora, el debate se centra en las cabinas telefónicas. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha remitido un informe al Ministerio de Industria en el que solicita que […]
Dirigentes Digital
| 28 mar 2016
A medida que la tecnología avanza, hay herramientas tradicionales que se quedan obsoletas. Uno de los más claros ejemplos son los buzones de correos. Ahora, el debate se centra en las cabinas telefónicas.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha remitido un informe al Ministerio de Industria en el que solicita que revise la obligación de mantener las cabinas dentro del servicio universal. Según explica la propia CNMC, este servicio universal está recogido en la Ley General de Telecomunicaciones y garantiza que todos los ciudadanos tengan acceso a servicios de telecos "con independencia de su localización geográfica, con una calidad determinada y un precio asequible". Esto implica llevar la red de telecomunicaciones a cualquier punto del país, incluidas las zonas no rentables.
En concreto, en 2013, el último año del que se tienen datos, el coste de mantenimiento de estas cabinas fue de 1,2 millones de euros. Además, en el año 2000, había 108.899 cabinas operativas en nuestro país, en 2014, estas se redujeron a 34.735, de las cuales, muy pocas son rentables.
El debate sobre si mantener o no las cabinas de teléfono se ha extendido al resto de Europa. Francia, recientemente, ha decidido excluirlas del servicio universal. Orange, que era la compañía encargada de prestar este servicio universal, declaró a medios franceses que el coste de desmontar cada cabina es de entre 1.000 y 3.000 euros. El elevado coste de desmantelar este servicio podría suponer un obstáculo a su salida del servicio universal español. Sin embargo, hay que tener en cuenta casos como el de Londres o el de Nueva York, que en lugar de quitar las cabinas, han decidido reinventarlas o reutilizarlas.
En el caso de Londres, que cuenta con las cabinas de teléfono más antiguas y famosas del mundo, el Consistorio decidió convertir las cabinas en puestos de carga para móviles, denominadas Solarbox. Su acceso es gratuito y lo único que hay que hacer es ver una serie de anuncios mientras el móvil se está cargando. Cada cabina es capaz de cargar 100 teléfonos al día ofreciendo un 20% de capacidad en un periodo de carga de 10 minutos.
En el caso de Nueva York, la transformación fue aún mayor. Y es que tras tener que rescindir el servicio de wifi gratuito contratado a Goles, el Ayuntamiento de la Gran Manzana decidió convertir alguna de sus cabinas en módulos wifi, construyendo así una nueva red municipal de Internet gratuito.