Grecia ha sido un "gran tropiezo", pero la idea generalizada es que no se va a llevar por delante la recuperación cíclica de la Zona Euro, sobre todo, gracias al apoyo incondicional de las políticas monetarias de estímulo del Banco Central Europeo (BCE). Por ello, la principal apuesta de los analistas sigue siendo la renta […]
Dirigentes Digital
| 21 ago 2015
Grecia ha sido un "gran tropiezo", pero la idea generalizada es que no se va a llevar por delante la recuperación cíclica de la Zona Euro, sobre todo, gracias al apoyo incondicional de las políticas monetarias de estímulo del Banco Central Europeo (BCE). Por ello, la principal apuesta de los analistas sigue siendo la renta variable del Viejo Continente, a la que se suma la japonesa, respaldada también por su autoridad monetaria y, en menor medida, Wall Street, ante la volatilidad que podría despertar el endurecimiento de la Reserva Federal (Fed). El más que probable aumento del precio del dinero en Estados Unidos, sumado a la debilidad de las materias primas, son los principales motivos que llevan a los expertos a recomendar también mantenerse alejado de los mercados emergentes…
Pero volvamos al Viejo Continente, Álex Fusté, economista jefe de Andbank, cree que la mejora económica puede "perder algo de momentum, pero ya está". Con todo, como no se puede tener total certeza de nada, sitúan su previsión para el Ibex (contemplando el peor escenario) en los 12.500 puntos a cierre de 2015.
"Estamos y tenemos una visión moderadamente optimista para la Zona Euro. Así, estiman que la renta variable de la región tiene un potencial de subida del 6,4% desde los niveles actuales "hasta zonas que podamos justificar por fundamentales (ventas, márgenes y PER) y somos conservadores", afirmaba durante la presentación de perspectivas del segundo semestre de la firma.
Optimista es también Ramón Forcada, estratega jefe del departamento de análisis de mercados de Bankinter, quien considera que el ciclo de la renta variable es "alcista y expansivo y va a durar entre tres y cinco años", principalmente apoyado en las economías desarrolladas (pues las emergentes tienen problemas y deben cambiar su modelo).
"Nosotros lo que vemos es que las Bolsas siguen teniendo valor y lo que nos preocupa son los bonos". En primer lugar, favorecen a la renta variable europea, seguida de la estadounidense y de Japón. Aunque hay una excepción, revisa a la baja el potencial del Ibex para este año hasta niveles de 11.100 y 11.200 (desde 12.800) y hasta 12.200 para 2016. "El potencial en este caso es limitado", pero es del 25% y del 20% para el Eurostoxx y el S&P, que son en los que recomiendan posicionarse. En cuanto a la renta fija, reitera tajante: "el riesgo está en los bonos".
Por su parte, Nicolás Barquero, director de inversiones del área de grandes patrimonios de Deutsche Asset & Wealth Management, cree que "el crecimiento económico en 2015 irá en línea con el registrado en 2014, pero con una mejora relativa de países desarrollados, y en particular de la Zona Euro, frente a los emergentes".
En este contexto, explica que "el inicio de un ciclo de subida de tipos en Estados Unidos, unido a la situación griega, conlleva más riesgo y correlación, lo que supone menos capacidad de diversificar. Hay que buscar activos que lo hagan bien en entornos de subidas de tipos de interés (high yield, renta fija emergente en euros o dólares o Bolsa) y aprovechar correcciones para comprar". Regionalmente, prefiere renta variable europea, "en la medida en que las expectativas de crecimiento de beneficios para los próximos dos años son mejores, de crecimientos de doble dígito por la combinación de la mejora de condiciones de la eurozona, debilidad del euro y menores costes financieros".
Mientras tantos, Barclays considera que los shocks que han supuesto Grecia y China se han "disipado un poco y "deberían haber limitado los choques negativos externos a nuestra opinión constructiva sobre las perspectivas de crecimiento de la Zona Euro y China". Menos eventualidades bajistas a las que hay que sumar las políticas acomodaticias de los bancos centrales (incluida la Fed) y unos bajos precios del petróleo que deberían apoyar a la economía.
En opinión de estos expertos, la combinación de unas "valoraciones más atractivas", unos efectos secundarios limitados de las turbulencias sufridas por Grecia y China en las previsiones de PIB, unos precios del crudo reducidos y unas autoridades monetarias comprometidas con el respaldo a la actividad, "fortalecen nuestra apuesta por los activos cíclicos en el segundo semestre".
Sobre esta premisa, la entidad británica mantiene su consejo de sobreponderar la renta variable de los mercados desarrollados frente a su renta fija. Y su preferencia por las industrias cíclicas como finanzas materiales. Por áreas geográficas, recomiendan Zona Euro, Japón y emergentes, eso sí, de "forma selectiva". Mientras que en el apartado de materias primas, destacan el cobre.
Finalmente, desde JP Morgan AM siguen apostando por la renta variable de los mercados desarrollados. En Europa y EEUU hay que estar, pero Manuel Arroyo, su director de estrategia para España y Portugal, ve especial potencial en Japón, gracias a una mejora en las condiciones económicas y unas valoraciones atractivas pese a las recientes subidas en el mercado.
En renta fija, los expertos siguen sin ver grandes oportunidades en deuda gubernamental. En corporativa, mantienen preferencia por el investment grade, "pero hay que tener mucho cuidado con la duración, gestionando activamente esta categoría". Para aquellos que no estén dispuestos a cumplir estos requisitos, aconsejan apostar por el segmento high yield. "El mercado europeo, mejor que el americano, por su menor exposición al sector energético, que es algo que los gestores miran mucho actualmente", indica Arroyo.
Dentro de Europa, a JP Morgan AM también le gusta el mercado español. Aunque insiste en que "lo fundamental es que se siga observando una mejora en los beneficios empresariales". Y aquí, el sector financiero puede jugar un papel protagonista. En general, la firma considera que "los valores cíclicos están más baratos que los defensivos", después de que muchos inversores hayan entrado en este último segmento del mercado, al ser empujados hacia la renta variable por la escasa rentabilidad ofrecida en otros activos.