Una sesión más se pudo comprobar que la elevada correlación entre el precio del crudo y los mercados de valores, que algunos analistas cuantifican en el 90%, se mantiene por el momento. Así, la fuerte caída del precio de esta materia prima el martes, consecuencia de que Arabia Saudí descartara totalmente cualquier reducción en la […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Una sesión más se pudo comprobar que la elevada correlación entre el precio del crudo y los mercados de valores, que algunos analistas cuantifican en el 90%, se mantiene por el momento. Así, la fuerte caída del precio de esta materia prima el martes, consecuencia de que Arabia Saudí descartara totalmente cualquier reducción en la producción de petróleo, continuó ayer durante gran parte de la jornada, arrastrando tras de sí a las bolsas europeas. Además, ayer otra de las materias primas más seguidas por ser un buen indicador de la situación por la que atraviesa la economía mundial, el cobre, también vio cómo su precio volvía a retroceder. De esta forma las grandes compañías relacionadas con las materias primas y el petróleo lideraron en Europa las caídas en los mercados de valores, seguidas de cerca por los valores bancarios. En la Bolsa española, una de las que peor comportamiento relativo mantuvo ayer, sólo algunos valores que dieron a conocer sus cifras anuales se salvaron del duro castigo, mejorando el comportamiento del mercado en su conjunto, entre los que destacaríamos a Aena, Iberdrola, que anunció un incremento de su dividendo, y Endesa.
De esta forma, y tras un intento de rebote que ha durado varios días, los principales índices bursátiles europeos marcaron ayer sus niveles mínimos en una semana. Los bonos soberanos, por su parte, volvieron a ejercer de activo refugio, con el 10 años alemán marcando una rentabilidad de sólo el 0,16%, rentabilidad que va camino de situarse en negativo.
Wall Street, por su parte, comenzó la sesión con fuertes bajadas, que se intensificaron tras conocerse que tanto las ventas de nuevas viviendas de enero como la lectura preliminar de febrero del índice adelantado de actividad de los sectores de servicios, el PMI servicios, quedaron muy por debajo de lo esperado por los analistas. Este último indicador sorprendió muy negativamente al situarse por debajo de los 50 puntos por primera vez en años, nivel que señala que la actividad se contrajo en febrero en relación al mes precedente. Ello llevó a la rentabilidad del bono 10 años estadounidense a marcar mínimos multianuales al tocar el 1,65% (posteriormente recuperó terreno, cerrando casi sin cambios en el 1,74%). No obstante, y en las últimas horas de su sesión, los principales índices bursátiles estadounidenses giraron al alza, recuperando todo el terreno perdido, hasta acabar la jornada con ligeros avances. En ello tuvo mucho que ver el hecho de que el precio del crudo girara al alza tras publicar la Agencia de Información de la Energía (EIA) que la demanda de gasolinas aumentó un 5% en la última semana en tasa interanual lo que, unido a una menor producción por parte de las refinerías, provocó una caída de los inventarios de este producto y del gasóleo para automóviles. Este hecho hizo que los inversores obviaran que los inventarios de crudo crecieron en la semana en EEUU en 3,5 millones de barriles, hasta los 507 millones de barriles, su nivel más alto de la historia.
Es evidente que hasta que el precio del crudo se estabilice las bolsas van a seguir "bailando al son" que marque esta variable. En este sentido, vemos complicado que el precio vaya a subir en el corto plazo, aunque algunas medidas como la de estabilizar la producción pueden servir para evitar que se vuelva a desplomar, si bien la abundancia de esta materia prima y la debilidad del crecimiento de su demanda en algunas regiones del mundo, inferior a la esperada, nos hacen ser cautos al respecto.
Por lo demás, señalar que hoy, además de que muchas compañías europeas seguirán dando a conocer sus cifras anuales, los inversores tendrán varias referencias macro interesantes, como el índice de confianza de los consumidores alemanes de marzo; los pedidos de bienes duraderos de enero en EEUU y el paro semanal en este mismo país. Todo ello servirá para que los mercados sigan haciéndose una idea del momento por el que atraviesan las principales economías desarrolladas, cuyo crecimiento cada día que pasa está más en entredicho. No obstante, la atención de los mercados financieros girará hacia la reunión que el G-20 va a celebrar estos días en Shangai, y en la que hay expectativas, que no compartimos, de que las mayores economías del mundo, desarrolladas y en vías de desarrollo, coordinen actuaciones para relanzar el crecimiento mundial. Cualquier anuncio en este sentido será muy bien recogido por unos mercados ávidos de "buenas noticias". En sentido contrario, si la reunión "pasa sin pena ni gloria", las bolsas reaccionarán mal ante la decepción.
Por último, señalar que en España el escenario político sigue sin aclararse, con las distintas formaciones políticas continuando con sus tacticismos y su "juego político". En estos momentos sólo hay dos opciones: i) una gran coalición de gobierno, con importante presencia de independientes o ii) nuevas elecciones. La segunda opción sería muy negativa para la economía del país y para sus mercados financieros ya que tanto particulares como empresarios podrían comenzar, si no lo han hecho ya, a retrasar decisiones de compra y/o inversión. De momento el comportamiento de la Bolsa española, a pesar de ser algo peor que el del resto de principales mercado europeos, creemos que está obviando bastante esta incertidumbre política. No obstante, entendemos que un anuncio de nuevas elecciones terminaría teniendo un impacto muy negativo en este mercado e, incluso, en el de bonos.
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