Hasta los más conservadores son conscientes de ello. En un entorno de tipos en mínimos, para ganar una rentabilidad extra hay que tener Bolsa en la cartera. Y los dividendos de las grandes compañías pueden ser una opción para cumplir los objetivos. "Los inversores deben volver a invertir como lo hacían sus abuelos, comprando acciones, […]
Dirigentes Digital
| 09 abr 2015
Hasta los más conservadores son conscientes de ello. En un entorno de tipos en mínimos, para ganar una rentabilidad extra hay que tener Bolsa en la cartera. Y los dividendos de las grandes compañías pueden ser una opción para cumplir los objetivos. "Los inversores deben volver a invertir como lo hacían sus abuelos, comprando acciones, guardándolas en el cajón, y esperar a cobrar los cupones", explicaba en la última presentación de perspectivas Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis.
El pasado año, las empresas cotizadas españolas repartieron un récord de 43.200 millones en concepto de dividendos, aunque el espectacular incremento estuvo condicionado por el megadividendo de Endesa con cargo a las cuentas de 2014. Lo que sí ha comenzado a notarse es un cambio hacia el pago de más dividendos en efectivo y menos a través de la fórmula del scrip dividend. Santander, Popular, CaixaBank e Iberdrola ya han elegido este camino, y BBVA también tiene intención de pagar toda su retribución en cash en 2017.
Pero más allá de la fórmula de pago escogida, lo que resulta innegable es el atractivo de estos valores por su elevada rentabilidad por dividendo. Medidas con los precios de cierre del pasado martes, la cifra supera el 8% en el caso de Banco Santander y Endesa, y el 5,5% en Telefónica y Repsol.
En el Eurostoxx 50, solo hay dos compañías europeas que superan ese 5,5% (sin contar con los propios Santander, Repsol y Telefónica, que también forman parte del índice). Se trata de Gaz de France y ENI, con una rentabilidad por dividendo del 8,1% y del 7% teniendo en cuenta el cierre del pasado martes.
En cuanto a índices, la rentabilidad por dividendo del selectivo español prevista para 2015 ronda el 4,5%, frente al 3,4% del Eurostoxx 50, el 2,50% del DAX alemán. Aunque hay que tener en cuenta que, por ejemplo la Bolsa germana, ha subido con más fuerza en lo que va de año que el selectivo español.
A pesar de las buenas previsiones, hay que tener cuidado. En el segmento de dividendos no todo vale. Los expertos aconsejan no dejarse cegar por las cifras del mercado y actuar de una forma selectiva buscando aquellas compañías con balances sólidos capaces de mantener los pagos a largo plazo, y a ser posible en efectivo. Solo recordar el impacto de la crisis en los balances de grandes valores como Telefónica, ACS o Santander, entre otras, que se vieron obligadas a suspender sus pagos o a reducirlos para hacer frente al nuevo entorno.
Daniel Roberts, gestor del fondo Fidelity Funds Global Dividend Fund, explica en un reciente informe que "la promesa de dividendos elevados puede ser una señal errónea para los inversores y llevarlos hasta empresas que muestran síntomas de tensiones, como ha ocurrido en los sectores de servicios financieros y telecomunicaciones durante los últimos años".
En este sentido, el experto señala que "cuando una rentabilidad por dividendo prevista alcanza el 6-8%, aumentan las probabilidades de que esta rentabilidad no se materialice totalmente". Por eso, para aquellas acciones que ofrezcan dividendos en ese rango, recomienda analizar con detalle su sostenibilidad y las posibilidades de que se vaya a recortar.
El propio entorno obliga a la búsqueda de rentas.
Y aún hay mucho potencial, ante las megatendencias que obligan a la búsqueda continua de rentas. Desde Pioneer Investments explican que "los inversores han adoptado una distribución más conservadora a pesar del entorno económico actual de bonos gubernamentales a tipos de interés y rendimientos muy bajos. En los principales países desarrollados, el porcentaje de las carteras de los hogares invertidas en depósitos o bonos oscila entre del 20 al 50%. El resultado en la mayoría de los casos es un nivel de renta muy bajo de la cartera", advierten.
En su opinión, "el mercado de renta variable encierra oportunidades de renta a través de acciones con dividendo, así como el entorno multiactivo gracias a un mayor universo de inversión".