Miles de millones es lo que les ha costado y costará a las automovilísticas los escándalos por la manipulación de emisiones de CO2 y airbags defectuosos. Unos costes que han dejado muy tocado al sector empezando por la gran protagonista, la primera en reconocer que falseaba datos para beneficiarse de subvenciones: Volkswagen. Tal es la […]
Dirigentes Digital
| 03 jun 2016
Miles de millones es lo que les ha costado y costará a las automovilísticas los escándalos por la manipulación de emisiones de CO2 y airbags defectuosos. Unos costes que han dejado muy tocado al sector empezando por la gran protagonista, la primera en reconocer que falseaba datos para beneficiarse de subvenciones: Volkswagen. Tal es la dimensión del ‘dieselgate’ que los directivos de la compañía aprovechan cualquier ocasión para pedir disculpas a pesar de que, a la hora de indemnizar, no traten a todos sus clientes bajo el mismo rasero.
El impacto para Volkswagen se refleja en sus resultados de 2015, un ejercicio lastrado por las provisiones realizadas para hacer frente a los costes judiciales, las modificaciones técnicas de los motores y las recompras de vehículos. El ‘dieselgate’ costará 16.000 millones de euros y para la automovilística alemana ha supuesto una reducción en su beneficio neto del 19% en el primer trimestre de 2016.
El ministerio de Transportes alemán emprendió entonces una investigación para descubrir nuevas ‘manzanas podridas’ en el sector. Encontró dieciséis, entre ellas Opel, cuyos filtros de limpieza de emisiones solo funcionan en determinadas circunstancias, como los test de emisiones, y el resto del tiempo son ineficientes.
Japón, segundo epicentro del fraude
El otro gran escándalo del sector lo protagonizó Mitsubishi al reconocer que manipuló la eficiencia de los neumáticos desde 1991 para que aparentaran consumir hasta un 10% menos. El impacto en sus cuentas es impredecible, ya que la compañía tendrá que hacer frente a indemnizaciones millonarias y a sanciones por parte del Gobierno japonés por las subvenciones recibidas de forma fraudulenta.
De momento, el presidente y director general del grupo, Tetsuro Aikawa, ha anunciado que dejará su cargo durante el verano en lo que supone un nuevo ejemplo de la importancia de asumir responsabilidades en la cultura japonesa. El salvavidas para Mitsubishi ha sido la compra por parte de Nissan de un 34% de su capital, convirtiéndose así en el máximo accionista de la compañía.
"El acuerdo supone un hito fundamental para que podamos recuperar la confianza del público y para asegurar estabilidad en la gestión", dijo en la rueda de prensa organizada para anunciar el plan el consejero delegado de la compañía de los tres rombos, Osamu Masuko.
Takata, los airbags de la muerte
Sin embargo, la manipulación para falsear las emisiones se queda en ‘agua de borrajas’ cuando hablamos de los airbags defectuosos de Takata que en EEUU habrían provocado diez muertes. La empresa nipona responsable de los sistemas de seguridad defectuosos en los vehículos reconoció haber instalado airbags defectuosos en más de 30 millones de automóviles, de los cuales 24 millones fueron vendidos en Estados Unidos.
El Gobierno de Japón obligó a Nissan, Toyota, Honda, Ford, el Grupo Chrysler, Mazda, Honda, BMW, Mitsubishi y Volkswagen a revisar sus modelos.
El fabricante japonés de airbag, que atraviesa serias dificultades económicas por el escándalo de sus dispositivos defectuosos, ha comenzado a negociar con un fondo de inversión de EEUU y con el banco Lazard para obtener fondos que le permitan hacer frente al reemplazo de airbags en vehículos de todo el mundo.