Corren tiempos difíciles para los retornos, en este entorno de bajos tipos de interés (más allá de una Fed que subirá gradualmente y que se verá contrarrestada por BCE y Banco de Japón), un crecimiento que no termina de despuntar, como tampoco lo hacen los precios. A la caza de la rentabilidad, los participantes del […]
Dirigentes Digital
| 03 dic 2015
Corren tiempos difíciles para los retornos, en este entorno de bajos tipos de interés (más allá de una Fed que subirá gradualmente y que se verá contrarrestada por BCE y Banco de Japón), un crecimiento que no termina de despuntar, como tampoco lo hacen los precios. A la caza de la rentabilidad, los participantes del mercado se ven cada vez más obligados a apostar por el riesgo, en un contexto volátil y complejo.
"Decidir si tomar riesgo o no invirtiendo en acciones o high yield puede marcar una diferencia considerable en los rendimientos cosechados", señalan Mads Pedersen, jefe de asignación de activos global de UBS, y su compañera en el banco suizo, Katarina Cohrs, de TAA y metodología de inversión.
Explican estos expertos que su proceso de toma de decisiones se basa en dos pilares. En primer lugar, el aspecto cuantitativo, que incorpora tanto ciclo de negocios como momentum de los precios. "Por lo general, creemos que si tanto la tendencia como la dinámica de los ingresos y la actividad empresarial son positivos, debemos estar en un ambiente de apoyo para los activos de riesgo", señalan. En segundo, las cuestiones cualitativas, que incluyen cambios en la política de bancos centrales y gobiernos. Actualmente, "el intervencionismo juega un papel activo en la formación de rendimientos en los mercados, a veces para bien y, en ocasiones, para mal", reconocen.
En lo que respecta a la valoración, advierten, que en horizontes temporales largos es muy importante, pero en su enfoque táctico a seis meses no es particularmente util. "Los mercados que son muy baratos pueden abaratarse aún más, si el sentimiento o la dinámica de ciclo trabaja en su contra", subrayan citando como ejemplo el comportamiento de los emergentes en los últimos años. Por el contrario, añaden, cuando los mercados parecen correctamente valorados, pueden seguir subiendo, con el respaldo adecuado, como ha sido el caso de Wall Street.
¿Y a la hora de decidir entre regiones? Atender a los beneficios futuros, incorporar estimaciones sobre el movimiento de las divisas, así como el momentum y el sentimiento. Por ejemplo, para Suiza las exportaciones son clave y, por ende, se ve más influenciada por el comportamiento de las monedas; mientras que Japón, más orientada al comercio, el momentum es más importante.
Así, en este "mundo en transición" su posicionamiento de cara a 2016 pasa por sobreponderar renta variable frente a bonos. Consideran que la economía mundial se recuperará de la "modesta" desaceleración de este año, la rentabilidad corporativa está en marcha y los tipos de interés probablemente seguirán bajos.
Por áreas geográficas, prefieren Zona Euro y Japón, y son "cautos" sobre la renta variable británica. Su país preferido dentro de la primera región es Italia y observan oportunidades en energía y finanzas.
Mientras, en renta fija, prefieren crédito high yield europeo y bonos con grado de inversión de corto plazo estadounidenses, ya que ambos son "atractivos" y "deberían ser relativamente inmunes al aumento de tipos" al otro lado del Atlántico. Infraponderan, por el contrario, la deuda con mayor nota y más segura.