Máximos anuales para la deuda a diez años estadounidense sobre el 2%, también para los bonos al mismo plazo italianos en el 1,951%; con el español al filo del 1,5% y hasta el alemán en ascenso sobre el 0,3%. Mientras Wall Street celebra las políticas fiscales expansionistas del republicano, la renta fija ‘sufre’ para ajustarse […]
Dirigentes Digital
| 11 nov 2016
Máximos anuales para la deuda a diez años estadounidense sobre el 2%, también para los bonos al mismo plazo italianos en el 1,951%; con el español al filo del 1,5% y hasta el alemán en ascenso sobre el 0,3%. Mientras Wall Street celebra las políticas fiscales expansionistas del republicano, la renta fija ‘sufre’ para ajustarse a un nuevo escenario de mayor inflación e incertidumbre política. Los Treasuries que iniciaron la corrección tratan de adaptarse a la esperada rebaja de impuestos y gasto en infraestructuras prometidos por Donald Trump, “políticas que los inversores consideran inflacionistas y que harán que los tipos de interés suban”, recuerda Link Securities. Al tiempo que las expectativas de un incremento del precio del dinero en diciembre por parte de la Reserva Federal (Fed) se mantienen elevadas (sobre el 80%), comenzando a especularse con la posibilidad de que la autoridad monetaria ‘pisa el acelerador’ en 2017. Y, a este lado del Atlántico, mientras la periferia se ve impactada por la impresión del mercado de que ‘todo puede pasar’ con el foco puesto en el referéndum constitucional de Italia, a cuyo resultado el Primer Ministro, Mateo Renzi, ha comprometido su puesto. Al tiempo, que los inversores comienzan a descontar que los gobiernos europeos se verán forzados a imitar las políticas fiscales expansivas del nuevo presidente de Estados Unidos. Además, el mercado no se olvida de los rumores en torno al inicio del a retirada gradual de los estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE), que en su reunión de diciembre podría dar nuevas pistas sobre la reducción de sus compras de activos (QE), esto es, sobre el inicio de su propio tapering… Kommer van Trigt, responsable del equipo macroeconómico de renta fija global de Robeco, cree que “el aspecto positivo para la deuda pública es que la victoria de Trump pone de manifiesto el riesgo que plantea la esfera política (como ya sucediera con el Brexit), y el estilo agresivo del nuevo presidente podría incrementarlo en el futuro”. Si bien, en general, consideran que su presidencia “es negativa para la renta fija, por lo que hemos reducido la duración”. En Europa, añade, “antes de las elecciones, el fondo Robeco Global Total Return Bond mantenía una clara posición corta en deuda pública italiana. Se ha procedido a cerrarla, ya que sus diferenciales se han ampliado hasta sus niveles más altos registrados antes del Brexit. Los fondos Robeco Euro Government Bonds y Robeco All Strategy Euro Bonds han recomprado bonos italianos, reduciendo su infraponderación en deuda pública de ese país”. Mientras, Marisa Cabrita, analista de Orey Financial, explica que “aunque debido al aumento en el desequilibrio fiscal de Estados Unidos, se puede observar un incremento en los rendimientos de los bonos del Tesoro, considerando al mismo tiempo, sin embargo, que los niveles de incertidumbre podrían limitar el ascenso de las yields. También podremos ver un aumento en la demanda de oro como inversión defensiva”. En este sentido, Legg Mason recuerda que mientras muchos se centran en las mayores previsiones de inflación, también hay parte del mercado que se cuestiona la reacción de la deuda, “argumentando que si los estímulos monetarios de 2008 y los esfuerzos recientes de los bancos centrales y los gobiernos para dinamizar la economía no han conseguido tirar al alza de los tipos de los bonos, será difícil que lo hagan ahora. Por ejemplo, los planes de Trump para aumentar la inversión en infraestructuras podrían toparse con limitaciones presupuestarias”. Finalmente, Natalia Aguirre, directora de análisis de Renta 4, recuerda que, en teoría, las promesas del republicano apuntan a una “posible aceleración del crecimiento económico en Estados Unidos, positivo para la bolsa, mientras que por el contrario los bonos se verían perjudicados por la mayor inflación asociada”.