La renta variable del Viejo Continente y la japonesa, apunta, han sido particularmente volátiles desde el pasado verano, ante las dudas sobre la efectividad de las políticas monetarias no convencionales implementadas por los bancos centrales de cada una de estas regiones. "Tras diez años desde el inicio de la crisis aún estamos experimentando sus efectos, […]
Dirigentes Digital
| 06 abr 2016
La renta variable del Viejo Continente y la japonesa, apunta, han sido particularmente volátiles desde el pasado verano, ante las dudas sobre la efectividad de las políticas monetarias no convencionales implementadas por los bancos centrales de cada una de estas regiones. "Tras diez años desde el inicio de la crisis aún estamos experimentando sus efectos, en Europa podemos hablar de una ‘década perdida’, como en Latinoamérica en los años 80", afirma.
Sí, reconoce, se observa cierta mejoría en algunos lugares, España por ejemplo, pero no podemos olvidar que llega desde niveles muy deprimidos. También hay ‘avances’ en Estados Unidos, donde hace no tanto se hablaba de riesgo de recesión, pero los movimientos del mercado no reflejan factores positivos como la fortaleza del mercado laboral, la expectativa de un aumento del gasto del consumidor (el excedente de ingresos relacionado con la caída del petróleo se ha ahorrado), una mayores perspectivas de beneficios y el apoyo de la Reserva Federal (Fed).
Con todo, la cuestión más importante que se plantea es que "tanto en renta fija como en renta variable los niveles de valoración son elevados, lo que supone un ‘techo’ para la mejora que anticipamos, y eso implica que los inversores en activos tradicionales tendrán expectativas de retorno reducidas de cara a los próximos cinco años".
En este contexto, Ferreira apunta que en Lyxor Asset Management "preferimos el universo de renta fija corporativa europea", ante el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) y el margen de los spreads de high yield para volver a niveles del año pasado (400 puntos básicos) tras las últimas turbulencias. Por otra parte, añade, a un lustro vista, "podemos esperar retornos más elevados en emergentes que en desarrollados", pues lo niveles de valoración son "más interesantes". Y llama la atención sobre la mejora en India o México, así como el atractivo precio de China, Taiwan o Corea.
Escasas rentabilidades, un mercado complejo en el que es "difícil anticipar los movimientos de ciclo y, cuando se identifican, es complicado reposicionar cartera"… "Los activos alternativos ganan enteros" en este entorno, ya sea en forma de inversión en real state, hedge funds, private equity…
Concretamente, llama la atención sobre las inversiones alternativas basadas en estrategias M&A (fusiones y adquisiciones), que han demostrado ser adecuadas para todo tipo de mercados y cuentan con un ratio de rentabilidad/riesgo atractivo; también las de long/short credit (como protección) y global macro. Asimismo, apunta que "una asignación mínima en CTAs en carteras diversificadas es esencial". Y señala que hay ciertos segmentos (emergente) en el long/short equity (más largos o cortos dependiendo del contexto).
"Las estrategias alternativas se alzan como una opción atractiva en formato líquido y regulado", concluye. "No son una solución milagrosa, pero si atractiva para diversificar cartera y reducir la volatilidad".