No esperaba mucho de la Cumbre extraordinaria de la Unión Europea para abordar la crisis migratoria del Mediterráneo que deja más de 1.700 muertes en lo que va de año. Y se ha cumplido los peores augurios, solo hay acuerdo para poner más dinero a costa del presupuesto comunitario, pero sin abordar los problemas de […]
Dirigentes Digital
| 24 abr 2015
No esperaba mucho de la Cumbre extraordinaria de la Unión Europea para abordar la crisis migratoria del Mediterráneo que deja más de 1.700 muertes en lo que va de año. Y se ha cumplido los peores augurios, solo hay acuerdo para poner más dinero a costa del presupuesto comunitario, pero sin abordar los problemas de fondos y poner en pie políticas que tenga un efecto a largo plazo. Como en otras crisis, los dirigentes europeos se han emplazado para los próximos meses para tomar medidas de calado.
Bruselas ha acordado triplicar los fondos destinados a las operaciones Tritón y Poseidón de la Agencia europea de control de fronteras (Frontex). Durante el debate, un número reducido de países ofrecieron medios concretos para ayudar en las tareas de búsqueda y rescate de los sin papeles, liderados por Reino Unido.
Ha sido el principal logro de la reunión. Los líderes se comprometieron a acometer un programa piloto para acoger a refugiados de los que ahora están en campos de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. El borrador de la declaración del Consejo cifraba en 5.000 los refugiados que la UE debería reasentar y en el encuentro se elevó la propuesta hasta 10.000. Pero a última hora ningún país apoyo una cifra concreta, según el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker el programa será voluntario y se concretará las próximas semanas.
Tampoco se modificó los objetivos de las operaciones Tritón y Poseidón, cuando se esperaba que se le diera capacidad de salvamento para afrontar la crisis humanitaria. Se mantiene la función de preservar las fronteras del sur de Europa. En la práctica significa que el despliegue marítimo se seguirá ajustando a los límites de las costas europeas, dejando un amplio descontrol en el resto de aguas del Mediterráneo que ha provocado el aumento exponencial de naufragios desde que se retiró la operación Mare Nostrum.