Deflación, una deuda elevada y ahora también recesión, por lo menos técnicamente hablando. Los problemas económicos se acumulan en Japón y quien parecía ser el salvador económico del país, Shinzo Abe, ha convocado elecciones tras los últimos datos negativos del PIB. ¿Qué le espera a Japón? Por lo pronto, en su reunión mensual el BOJ […]
Dirigentes Digital
| 19 nov 2014
Deflación, una deuda elevada y ahora también recesión, por lo menos técnicamente hablando. Los problemas económicos se acumulan en Japón y quien parecía ser el salvador económico del país, Shinzo Abe, ha convocado elecciones tras los últimos datos negativos del PIB. ¿Qué le espera a Japón?
Por lo pronto, en su reunión mensual el BOJ ha decidido mantener su política monetaria expansiva con una inyecciones que aceleró hace un mes y se sitúan en el entorno los 80 billones de yenes. Asimismo, el organismo mantiene sus previsiones y no se deja amedrentar por el último dato conocido de una caída del 0,4% del PIB respecto al trimestre anterior y del 1,6% anualizada. En este sentido, tras la reunión mensual Banco de Japón ha asegurado que esperan un "moderado crecimiento"
A pesar de que a nivel macro los datos pudieran no convencer el mercado no se comporta de forma tan negativa. "El caso de Japón es un muy buen ejemplo para distinguir el comportamiento de la economía real con el de la economía financiera", señala Daniel Pingarrón, analista de IG. "Empezando por la segunda. Los activos japoneses cotizados se vuelven mucho más atractivos con este redoblamiento de los estímulos que hemos conocido últimamente por parte del Banco de Japón, y por otro tipo de noticias como que el Fondo de Pensiones del país pueda aumentar sensiblemente sus inversiones en Renta Variable", apunta este experto.
El problema según señala este analista es que la cadena de trasmisión de la economía financiera a la economía real no se está produciendo. El aumento de la masa monetaria y de la liquidez en el sistema no está llegando a la economía a pie de calle. "Todo esto tiene un gran componente de artificialidad, que difiere de un crecimiento sano en base a reformas efectivas. Es el camino fácil. Y en el momento en el que los mercados perciben que se acaban los estímulos, o se saturan de estos (que van teniendo un efecto marginal decreciente), se invierte el efecto ocasionado", apunta.
Precisamente, estas reformas estructurales son en opinión de Jose Luis Martínez Campuzano, analista de Citi, el reto que debe afrontar Japón para reactivar su economía. Aunque ahora lo que está sobre la mesa, además de la política expansiva del BOJ, es el retraso en la aplicación de una nueva subida del impuesto equivalente al IVA que el Ejecutivo ha decidido retrasar de octubre de 2015 a la primavera de 2017.
Mientras que Abe había previsto que si las cosas iban bien se viera incrementado antes de fin de año, los últimos acontecimientos han provocado un retraso en una nueva subida de este impuesto dado que su incremento en abril puede ser una de las causas que hayan hecho caer la economía del país.