A las puertas del mes de marzo, mes en el que los principales bancos centrales monopolizarán toda la atención de los mercados, los inversores siguen manteniendo grandes dudas acerca de cuál será la tendencia de la renta variable en el medio plazo. Así, y tras unos primeros meses del año en los que las fuertes […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
A las puertas del mes de marzo, mes en el que los principales bancos centrales monopolizarán toda la atención de los mercados, los inversores siguen manteniendo grandes dudas acerca de cuál será la tendencia de la renta variable en el medio plazo. Así, y tras unos primeros meses del año en los que las fuertes caídas y la volatilidad han mermado la confianza de los inversores, muchos de los cuales han optado por deshacer posiciones de riesgo y apostar bien por la renta fija, bien por la liquidez, los últimos indicadores de confianza empresarial y de los consumidores comienzan a dar síntomas de debilidad, lo que podría terminar teniendo un impacto muy negativo en el crecimiento económico. La menor confianza de los empresarios derivaría en menores inversiones lo que, a su vez, tendría un impacto negativo en el empleo y, finalmente, en el consumo privado. El menor consumo privado provocaría menores inversiones y más desempleo, entrando las economías desarrolladas en un círculo vicioso que las podría abocar a una nueva recesión. Ésta, junto a la baja inflación que podrían terminar derivando en deflación, son las mayores preocupaciones de unos bancos centrales que llevan tiempo advirtiendo que únicamente con la política monetaria expansiva no se logrará alcanzar nuevamente el ritmo de crecimiento económico necesario para superar definitivamente la gran crisis económico-financiera por la que han atravesado estas economías recientemente. Este ha sido, además, el principal mensaje del G20: los gobiernos deberán hacer más en términos de política fiscal si quieren definitivamente dejar atrás la crisis. No obstante, y dado el elevado coste político que ello conlleva, de momento los bancos centrales deberán campear la situación por sí mismos.
De esta forma cuando se reúna el próximo 10 de marzo el Consejo de Gobierno del BCE, Draghi y los miembros de este organismo deberán hilar muy fino para evitar que los mercados, como ya ocurriera el pasado diciembre, vuelvan a mostrarse decepcionados, lo que podría provocar una nueva e importante corrección en las bolsas con el riesgo de que ello, como ya hemos explicado, pueda terminar afectando a la economía real. Igualmente, cuando el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (Fed) mantenga su reunión periódica los días 15 y 16 de marzo, deberá tener mucho cuidado de no precipitarse y volver a subir sus tipos de interés a corto plazo, algo que los inversores descartan dado el actual bajo ritmo de crecimiento y la baja inflación y, sobre todo, dadas las restricciones que comienzan a vislumbrarse en los mercados de crédito. Por tanto, la pelota vuelve a estar en el tejado de los bancos centrales que, antes de sus respectivas reuniones, deberán analizar en profundidad las cifras macroeconómicas que se irán publicando.
En este sentido, señalar que esta semana se darán a conocer importantes indicadores macro tanto en Europa como en Estados Unidos, destacando sobre todos ellos los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas de ambas regiones (martes); los mismos indicadores pero de los sectores de los servicios (jueves); y las cifras de desempleo del mes de febrero en Estados Unidos (viernes). Todas ellas servirán a los bancos centrales y a los inversores para hacerse una idea de cuál es el actual momento por el que traviesan las principales economías desarrolladas y si las fuertes correcciones experimentadas por los mercados de renta variable han empezado o no a pasar factura al crecimiento económico y al empleo.
Para empezar, hoy se darán a conocer en Europa y en EEUU algunos indicadores importantes, tales como la lectura preliminar del IPC de febrero de la Zona Euro o el índice adelantado de actividad de febrero de los sectores de las manufacturas de Chicago, el PMI de Chicago, que suele servir de "aproximación" al nacional que se conocerá al día siguiente. Si todos estos datos determinarán a lo largo de la semana el comportamiento de las Bolsas occidentales, para comenzar la semana esperamos que hoy las Bolsas europeas abran a la baja, lastradas por las caídas experimentadas por los mercados asiáticos de madrugada, consecuencia, en gran medida, de la falta de un acuerdo coordinado para impulsar la economía mundial en la reciente reunión del G20, algo que como ya comentamos la semana pasada, no esperábamos de todas formas. Por último, señalar que consideramos muy positivo la estabilidad que está mostrando esta mañana el precio del crudo, factor que creemos servirá para limitar el alcance de las caídas en las Bolsas, al menos al comienzo de la jornada.
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