"Aunque creemos que Grecia y sus socios europeos tienen fuertes incentivos para acordar un programa y evitar la salida de Atenas del euro, sus puntos de vista parecen fundamentalmente opuestos en muchas cuestiones políticas y creemos que la probabilidad de una ‘Grexit’ es ahora más alta que en cualquier momento de 2012", afirman tajantes los […]
Dirigentes Digital
| 16 feb 2015
"Aunque creemos que Grecia y sus socios europeos tienen fuertes incentivos para acordar un programa y evitar la salida de Atenas del euro, sus puntos de vista parecen fundamentalmente opuestos en muchas cuestiones políticas y creemos que la probabilidad de una ‘Grexit’ es ahora más alta que en cualquier momento de 2012", afirman tajantes los analistas de Barclays.
Nadie quiere que la república helena abandone la unión monetaria, pero ¿qué pasaría si finalmente la peor de las pesadillas se hiciera realidad? La firma británica cifra la exposición directa del resto de la Eurozona y el Eurosistema a Grecia en 332.000 millones de euros (un 3,5% del PIB de la región) y destaca que la de la banca se ha reducido a menos de una décima parte de dicha cifra. "El contagio sigue siendo la principal preocupación en nuestra opinión", sentencian.
Así las cosas, estos analistas no descartan del todo que estallen de nuevo lo que denominan "riesgos de redenominación" (pérdidas financieras), sin embargo, reconocen que los "cortafuegos" actuales son demasiado significativos como para obviarlos. Hablamos de todas las medidas tomadas por el Banco Central Europeo (BCE) para apoyar a la Eurozona y, especialmente, de su programa de compras masivo.
Otros "atenuantes" son la debilidad del euro, los bajos precios del petróleo, la mejor capitalización de la banca y la dinámica actual de los préstamos… "Sin embargo, esta vez la política podría actuar como transmisor y países como España podrían sufrir un mayor contagio, a pesar de su robusta recuperación económica, a menos que el apoyo a Podemos disminuya a la vista de lo que está pasando en Grecia", advierten estos expertos.
Por otra parte, reconocen que el mercado de deuda europeo, especialmente los bonos periféricos, estarían expuestos al contagio, pero la "magnitud" del mismo seguramente sea menor que durante la crisis de deuda de la Eurozona gracias al apoyo del BCE.
Al mismo tiempo, aunque los vínculos fundamentales con la economía griega son tenues, Barclays observa "amplios canales para el contagio de la aversión al riesgo en los mercados de crédito europeos".
Finalmente, una salida de Grecia sería "inequívocamente negativa para el euro en primera instancia, ya que los riesgos de inestabilidad de la Eurozona se incrementarían y serían difíciles de disipar".
Con todo, Barclays concluye "Atenas y la Eurozona se encuentran de nuevo en una encrucijada (…) la exposición directa al país por parte de otros miembros de la unión monetaria parece manejable, pero un ‘Grexit’ dejaría la puerta abierta a la especulación sobre el abandono de otras naciones. Esta percepción podría condicionar las decisiones de inversión a corto y largo plazo de los inversores nacionales y extranjeros". En su opinión, el "desorden" se puede evitar, pero hacen falta soluciones que vayan más allá de la provisión de liquidez: "Un compromiso creíble de mayor integración fiscal y política es necesario".