A mediados del año pasado, el Ministerio de Hacienda presentó la reforma fiscal. Las principales novedades pivotaban sobre el IRPF que entrarían en vigor el 1 de enero de 2015 con una rebaja generalizada para los asalariados. Esto se traduce en que manteniendo el mismo salario bruto, el trabajador ganará más dinero gracias a que la empresa retendrá menos cantidad por el impuesto sobre la renta.
Según las estimaciones del Gobierno, supondrá una rebaja del impuesto 3.420 millones en 2015, pero no todos los trabajadores lo notarán de la misma. Los tramos en los que se estructura el impuesto sobre la renta de las personas físicas han pasado de siete a cinco con una reducción del gravamen en cada uno de ellos. El IRPF se aplica de manera progresiva dependiendo de la renta del trabajo que se disponga. Es decir paga más impuestos, el que más gana.
Una de las principales novedades es que los contribuyentes que ganan menos de 12.000 euros al año dejarán de tributar. El Gobierno calcula que en esta situación hay 1,6 millones de contribuyentes. De ellos, añaden desde Hacienda, 750.000 ni siquiera tendrán que presentar solicitud de devolución pues no se les practicará retención.
Para el resto, los tramos aplicables se reducen de siete a cinco. A partir de 12.450 euros, los trabajadores tributarán por el 20% en 2015. Hasta los 20.200 euros, se aplicará un tipo del 25% en 2015 y del 24% en 2016. El siguiente tramo hasta 35.200 euros tendrá un 31%. Hasta 60.00 euros es del 39%. Y a partir de los 60.000 euros del 47%. En 2014, al contar el IRPF con siete tramos la comparación es difícil encontrarla a simple vista, pero se notará en el salario neto.
¿Dónde se reflejará en la nómina?
Para comprobar el alivio fiscal, habrá que fijarse en el apartado de deducciones del Impuesto sobre la renta de personas físicas. El tipo aplicado en enero deberá ser inferior al de diciembre. Tomando de referencia el sueldo medio de un trabajador español, de 20.000 euros, el tipo de retención que se aplica es de 12,25% frente al 14% de diciembre, con lo que aumentará el sueldo neto mensual en 29,2 euros hasta los 1.356,7 euros. Supondrá que a final de año, el trabajador ganará 350 euros más hasta los 16.280 euros netos.
Si el trabajador está casado y tiene hijos menores de 25 años y mayores de tres años. La diferencia en el salario neto mensual es menor de 21,7 euros, al pasar la retención del 11% al 9,70%.
Para un salario de 80.000 euros anuales brutos, la retención baja del 32% al 31,3%, con lo que la renta a final de año será de 689 euros. Cuando el trabajador tiene hijos será de 1.200 euros, al pasar la retención del 32% al 30,49%.