Es cierto que la presidenta de la Fed cuenta a su favor con muchos factores que apoyarían su decisión de iniciar un nuevo ciclo de política monetaria. Para empezar, los datos de crecimiento y, sobre todo, los del mercado laboral, con una economía prácticamente en pleno empleo. Los inversores deberían saber además que, aunque la […]
Dirigentes Digital
| 11 sep 2015
Es cierto que la presidenta de la Fed cuenta a su favor con muchos factores que apoyarían su decisión de iniciar un nuevo ciclo de política monetaria. Para empezar, los datos de crecimiento y, sobre todo, los del mercado laboral, con una economía prácticamente en pleno empleo. Los inversores deberían saber además que, aunque la Yellen inicie las subidas de tipos, la impresión de billetes seguirá en Europa y en Japón, con lo que el posible ajuste será más que gradual.
Sin embargo, y por mucho que le moleste a sus miembros, los mercados financieros también marcan los pasos de los bancos centrales. Y las turbulencias de las últimas semanas, dejando a la luz las debilidades de las economías emergentes, han hecho que muchos analistas den un giro en sus previsiones anticipando que la decisión se retrasará, al menos, hasta octubre.
Es el caso de Joseph LaVorgna, economista jefe de Deutsche Bank, quien ofrece seis motivos para cambiar una previsión que hace solo dos semanas apuntaba a que la Fed, aunque solo fuese por cuestión de credibilidad, subiría los tipos en la reunión de septiembre.
1. La debilidad de los mercados financieros.
2. La fortaleza del dólar, que puede pasar factura a la economía real y a la evolución de las exportaciones.
3. A su juicio, los inversores tampoco están descontando una subida del precio del dinero.
4. Algunos de los hombres fuertes de la Fed están dando marcha atrás en su presión para que Yellen suba tipos. LaVorgna cita recientes intervenciones en este sentido de nombres como Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta, el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, o John Williams (San Francisco).
5. Una cuestión de tiempo. La Fed tiene aún dos oportunidades más para elevar las tasas este año (le 28 de octubre y el 16 de diciembre), y podría esperar una mejora en los mercados financieros para no precipitarse en su decisión.
6. No hay señales de que la inflación se vaya a disparar en los próximos meses, por lo que la excusa de una subida de tipos para mantener el dato a raya no serviría a los inversores.