La Semana Santa es la época del año donde más desplazamientos en coche se producen. La Dirección General de Tráfico prevé para estos días que más de trece millones de vehículos sean utilizados para los traslados de vacaciones. Como es lógico el consumo de combustible se dispara. Por suerte la antesala de vacaciones ha ofrecido una alegría a los bolsillos de los consumidores. Según los datos Boletín Petrolero de la UE, que recopila información facilitada por las estaciones de servicio a final de semana, el precio medio del litro de gasolina se sitúa en 1,261 euros, un 0,6% menos que una semana antes, y el del gasóleo descendió a 1,159 euros el litro, un 1,6%.
Con este descenso se rompe la racha alcista que mantenían los combustibles desde mediados de enero, provocado por el repunte de la cotización del petróleo y la devaluación del euro, y se sitúa en niveles de 2010. En la comparativa anual la gasolina descendió un 9,8% y el gasóleo un 13%.
Para hacerse una idea de cómo afecta el descenso en los bolsillos, la caída del precio para un depósito de 50 litros supone un ahorro de ocho euros y si es de gasoil de ocho euros y medio.
Pero los precios durante Semana Santa no se suelen mantener, en todo caso, es previsible que las gasolineras eleven los precios. El año pasado subieron hasta un 1,2%, con un repunte especial de Domingo de Resurreción y Lunes de Pascua. Incluso Competencia emitió duros informes al respecto de un incremento justo cuando coincide la mayor de concentración de coches en carretera.