Recuerdan estos expertos que desde la crisis financiera de 2008, la reducción de los inventarios e la banca, las restricciones regulatorias (que han llevado a los principales actores a comprar y mantener un gran volumen de bonos), la reducción las actividades de "creación de mercado" y los programas de flexibilización cuantitativa (QE) de los bancos […]
Dirigentes Digital
| 17 sep 2015
Recuerdan estos expertos que desde la crisis financiera de 2008, la reducción de los inventarios e la banca, las restricciones regulatorias (que han llevado a los principales actores a comprar y mantener un gran volumen de bonos), la reducción las actividades de "creación de mercado" y los programas de flexibilización cuantitativa (QE) de los bancos centrales, "han drenado los mercados de renta fija y el cierre de una posición o cartera requiere ahora más tiempo".
Este hecho, aconsejan, debe ser incorporado a las decisiones de inversión y tenido en cuenta en la construcción de restricciones de los porfolios así como en los tests de estrés.
Con esto en mente, la firma señala que las QE, las declaraciones de la Fed, el hundimiento de las materias primas, el temor a una caída en el crecimiento o a un estancamiento, "mantienen la rentabilidad de la deuda a largo plazo a la baja. Y cualquier resurgimiento de la crisis o del riesgo de contagio empujará al Banco Central Europeo (BCE) a acelerar su compras de deuda".
En este sentido, se mantienen sobreponderados en renta fija soberana de la periferia. Sobre los bonos corporativos, que han sufrido menos que la renta variable en las recientes turbulencias, recuerdan que no están cubiertos por el paraguas del programa de la autoridad monetaria de la Zona Euro, aunque no descartan que el BCE entre en este mercado. Con todo, "la menor liquidez" recomienda cautela en estos activos y, añaden, "vale la pena establecer estrategias de cobertura" ante los riesgos existentes.
Por otra parte, consideran que cualquier catalizador que empuje las Bolsas a la baja es "un argumento a favor de la inversión en renta variable, sobre todo porque la recuperación económica parece bien arraigada, con una mejora significativa en algunos países de la periferia, liderados por España". Al mismo tiempo, señalan, "dado que la mayor parte de la caída del euro ha quedado atrás, que las valoraciones son más atractivas en Europa que en Estados Unidos, y que hay menos riesgos en la primera región derivados de la política monetaria o de los rendimientos de la deuda a largo, no vemos ninguna razón" para no sobreponderar al Viejo Continente frente a Wall Street.
Finalmente, en el mercado de divisas, las monedas de Asia han caído en picado, aunque la rupia india "sigue siendo la más atractiva". Mientras, las perspectivas son ahora mejores para las divisas europeas (especialmente el zloty polaco y el florín húngaro).
En la zona dólar, el panorama es más sobrio para el dólar canadiense, mientras que el de neozelandés parece atractivo. "Salvo un imprevisto (nueva crisis en Europa, ‘error’ de la Fed…) es poco probable que el euro ceda más terreno frente al dólar (…) el yen, abruptamente infravalorado, podría experimentar un impulso ante la debilidad de las divisas asiáticas".