“La volatilidad puede ser baja durante periodos prolongados, pero puede volver rápidamente cuando el mercado sufre tensiones. La crisis financiera de 2007/2008 nos enseñó una lección, pero ¿la hemos recordado?”. Con esta frase comienza Spreadbury su análisis sobre la renta fija, un mercado que desde hace tiempo ha dejado de ser cien por cien seguro. […]
Dirigentes Digital
| 31 may 2017
“La volatilidad puede ser baja durante periodos prolongados, pero puede volver rápidamente cuando el mercado sufre tensiones. La crisis financiera de 2007/2008 nos enseñó una lección, pero ¿la hemos recordado?”. Con esta frase comienza Spreadbury su análisis sobre la renta fija, un mercado que desde hace tiempo ha dejado de ser cien por cien seguro. El experto llama la atención sobre una situación, muy peligrosa, que se está generando en la categoría: inversores que desatienden la gestión del riesgo y solo se fijan en los efectos beneficiosos de la renta fija. Desde la firma se suman a las voces que alertan de que, pese a los bajos niveles de volatilidad, los repuntes pueden volver en cualquier momento.” Posiblemente estemos ante la recuperación más triste de la que se tiene constancia, ya que apenas se pueden detectar los “espíritus animales” habituales. Los inversores en las bolsas no parecen estar preocupados por las elevadas valoraciones. Y, sin embargo, los riesgos están aumentando”, indica Spreadbury. “Los diferenciales de deuda corporativa están atrapados en una horquilla de cotizaciones estrecha y los inversores parecer desatender los riesgos. Y ello a pesar del endurecimiento de las condiciones financieras en EEUU, que actuará como lastre para el crecimiento”, indica el gestor, explicando que desde la elección de Trump, los rendimientos han subido, el dólar se ha revalorizado y los tipos hipotecarios han aumentado. Del mismo modo, en Reino Unido, el Brexit ha tirado fuertemente a la baja de los rendimientos de la deuda pública y ha elevado la volatilidad de la libra esterlina, mientras que la prima de riesgo político de Europa se ha incrementado. “Todo ello chirría y me hace ser cauto”, advierte. Respecto al futuro de las políticas monetarias, con especial atención a la reducción de balance, el experto cuenta con varios factores que le hacen pensar en que aún queda un largo camino para la ‘vuelta a la normalidad’. Para empezar, señala cuatro debilidades estructurales que los años de relajación cuantitativa no han conseguido atajar o no pueden evitar.
Para Fidelity, en este escenario, hay que tener muy en cuenta que la recuperación está durando el doble de la media de las fases de expansión tomadas desde 1854 y es alrededor de un 50% más larga que la media posterior a la Segunda Guerra Mundial. “Eso no quiere decir que no pueda durar un poco más, pero a medida que aumenta la incertidumbre, se va haciendo más importante tener una exposición adecuada a la renta fija y asegurarse de que los bonos que se tienen en cartera hacen lo que se espera de ellos”; indican desde la gestora. “Los inversores en renta fija no deberían engañarse: el rendimiento tiene un coste”, indican los expertos, recordando que los activos con mayores rendimientos presentan más volatilidad y, a menudo, una correlación positiva importante con la renta variable. “La búsqueda de rendimientos puede desactivar el objetivo de seguridad y estabilidad de una cartera de bono desde la perspectiva de la diversificación frente a las acciones”, indica Fidelity. En cuanto a la estrategia de reducir duraciones para limitar los efectos negativos de las subidas de tipos, tampoco lo ve como una solución. “Recortar la duración reduce los rendimientos y aumenta la correlación de los activos de renta fija de una cartera con la renta variable”. El experto considera que los títulos de alta calidad crediticia, las primas actuales de los diferenciales compensan ampliamente el riesgo de impago, incluso en el caso de que se deterioren las circunstancias. “Los bonos de alto rendimiento con mejores calificaciones todavía siguen siendo atractivos atendiendo a nuestras estimaciones sobre los impagos, pero cuando se desciende por la escala de riesgos, las rentas que ofrecen los bonos de alto rendimiento ya no compensan un posible aumento de los impagos y las correlaciones con la renta variable son mucho más elevadas”.